Ustedes fueron comprados por precio. No se hagan esclavos de los hombres.
(1 Corintios 7:23)
Hermanos, cada uno permanezca con Dios en la condición en que fue llamado.
(1 Corintios 7:24)
En cuanto a las vírgenes no tengo mandamiento del Señor, pero doy mi opinión como el que habiendo recibido la misericordia del Señor es digno de confianza.
(1 Corintios 7:25)
Creo, pues, que esto es bueno en vista de la presente aflicción; es decir, que es bueno que el hombre se quede como está.
¿Estás unido a mujer? No procures separarte. ¿Estás libre de mujer? No busques mujer.
(1 Corintios 7:27)
Y si te casas, no has pecado; y si una virgen se casa, no ha pecado. Sin embargo, ellos tendrán problemas en esta vida, y yo quiero evitárselos.
(1 Corintios 7:28)
Pero esto digo, hermanos: el tiempo ha sido acortado; de modo que de ahora en adelante los que tienen mujer sean como si no la tuvieran;
(1 Corintios 7:29)
Otras publicaciones relacionadas con "1 Corintios 7:26":
1 Corintios 7:26 - Referencia Cruzada
Pero ¡ay de las que estén encinta y de las que estén criando en aquellos días!
(Mateo 24:19)
¡Ay de las que estén encinta y de las que estén criando en aquellos días! Porque habrá una gran calamidad sobre la tierra, e ira para este pueblo.
(Lucas 21:23)
No tomes para ti mujer ni tengas hijos ni hijas en este lugar."
(Jeremías 16:2)
Pero Jesús, volviéndose a ellas, dijo: "Hijas de Jerusalén, no lloren por Mí; lloren más bien por ustedes mismas y por sus hijos.
(Lucas 23:28)
A los solteros y a las viudas digo que es bueno para ellos si se quedan como yo.
(1 Corintios 7:8)
En cuanto a las cosas de que me escribieron, bueno es para el hombre no tocar mujer.
(1 Corintios 7:1)
Y si te casas, no has pecado; y si una virgen se casa, no ha pecado. Sin embargo, ellos tendrán problemas en esta vida, y yo quiero evitárselos.
(1 Corintios 7:28)
Esto digo para su propio beneficio; no para ponerles restricción, sino para promover lo que es honesto y para asegurar su constante devoción al Señor.
(1 Corintios 7:35)
Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios. Y si comienza por nosotros primero, ¿cuál será el fin de los que no obedecen al evangelio de Dios?
(1 Pedro 4:17)