Cuando fijé mis ojos en él y lo observaba, vi cuadrúpedos terrestres, fieras, reptiles y aves del cielo.
(Hechos 11:6)También oí una voz que me decía: 'Levántate Pedro, mata y come.'
(Hechos 11:7)Pero yo dije: 'De ninguna manera, Señor, porque nada impuro o inmundo ha entrado jamás en mi boca.'
(Hechos 11:8)Pero una voz del cielo respondió por segunda vez: 'Lo que Dios ha limpiado, no lo llames tú impuro.'
Esto sucedió tres veces, y todo volvió a ser llevado arriba al cielo.
(Hechos 11:10)En aquel momento se aparecieron tres hombres delante de la casa donde estábamos, los cuales habían sido enviados a mí desde Cesarea.
(Hechos 11:11)Y el Espíritu Santo me dijo que fuera con ellos sin dudar (sin hacer ninguna distinción). Estos seis hermanos fueron también conmigo y entramos en la casa de aquel hombre.
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Hechos 11:9 - Referencia Cruzada
Entonces Pedro tomó la palabra, y dijo: "Ciertamente ahora entiendo que Dios no hace acepción de personas,
(Hechos 10:34)porque es santificado mediante la palabra de Dios y la oración.
(1 Timoteo 4:5)y ninguna distinción hizo entre nosotros y ellos, purificando por la fe sus corazones.
(Hechos 15:9)De nuevo, por segunda vez, llegó a él una voz: "Lo que Dios ha limpiado, no lo llames tú impuro."
(Hechos 10:15)Porque si la sangre de los machos cabríos y de los toros, y la ceniza de la novilla, rociadas sobre los que se han contaminado, santifican para la purificación de la carne,
(Hebreos 9:13)Entonces Pedro les dijo: "Ustedes saben que no es lícito para un Judío asociarse con un extranjero o visitarlo, pero Dios me ha mostrado que a ningún hombre debo llamar impuro o inmundo.
(Hechos 10:28)