Jesús le respondió: "Mi reino no es de este mundo. Si Mi reino fuera de este mundo, entonces Mis servidores pelearían para que Yo no fuera entregado a los Judíos. Pero ahora Mi reino no es de aquí." (Juan 18:36)

¿Así que Tú eres rey?", Le dijo Pilato. "Tú dices que soy rey," respondió Jesús. "Para esto Yo he nacido y para esto he venido al mundo, para dar testimonio de la verdad. Todo el que es de la verdad escucha Mi voz." (Juan 18:37)

Pilato Le preguntó: "¿Qué es la verdad?" Y habiendo dicho esto, salió otra vez adonde estaban los Judíos y les dijo: "Yo no encuentro ningún delito en El. (Juan 18:38)

Pero es costumbre entre ustedes que les suelte a alguien (un preso) durante la fiesta de la Pascua. ¿Quieren, pues, que les suelte al Rey de los Judíos?"

Entonces volvieron a gritar, diciendo: "No a Este, sino a Barrabás." Y Barrabás era un ladrón. (Juan 18:40)

Entonces, Pilato tomó a Jesús y Lo azotó. (Juan 19:1)

Y los soldados tejieron una corona de espinas, la pusieron sobre Su cabeza y Lo vistieron con un manto de púrpura; (Juan 19:2)

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¿Quieres la verdad? ¡Escuche a Jesús!
En el interrogatorio de Jesús ante Pilato, Jesús afirmó que su reino no es de este mundo y que vino a testificar de la verdad. En un mundo donde los líderes buscan establecer sus propios reinos, debemos recordar la verdad eterna de Jesús y acercarnos a Él como el Camino, la Verdad y la Vida.

Dios está en control
En este mensaje, el pastor habla sobre la autoridad y cómo toda autoridad es delegada por Dios. También habla sobre la lucha entre el poder del mundo y el poder de Dios, representada en la confrontación entre Pilatos y Jesús. El mensaje anima a los oyentes a aferrarse a la verdad de que Dios está en control, incluso en los tiempos de sufrimiento.

Juan 18:39 - Referencia Cruzada

Ahora bien, en cada fiesta, el gobernador acostumbraba soltar un preso al pueblo, el que ellos quisieran. (Mateo 27:15)

Por tanto, Lo voy a castigar y después, Lo soltaré." (Lucas 23:16)

Pero los principales sacerdotes y los ancianos persuadieron a las multitudes que pidieran a Barrabás y que dieran muerte a Jesús. (Mateo 27:20)

Ahora bien, en cada fiesta Pilato acostumbraba soltarles un preso, el que ellos pidieran. (Marcus 15:6)