Nueva Biblia Latinoamericana
de pecado, porque no creen en Mí; (Juan 16:9)
de justicia, porque Yo voy al Padre y ustedes no Me verán más; (Juan 16:10)
y de juicio, porque el príncipe de este mundo ha sido juzgado. (Juan 16:11)
Aún tengo muchas cosas que decirles, pero ahora no las pueden soportar.
Pero cuando El, el Espíritu de verdad venga, los guiará a toda la verdad, porque no hablará por Su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y les hará saber lo que habrá de venir. (Juan 16:13)
El Me glorificará, porque tomará de lo Mío y se lo hará saber a ustedes. (Juan 16:14)
Todo lo que tiene el Padre es Mío; por eso dije que El toma de lo Mío y se lo hará saber a ustedes. (Juan 16:15)

Otras publicaciones relacionadas con "Juan 16:12":

Charles Spurgeon
Jesús no perderá a ninguno de los que Su Padre le ha dado
Artículo sobre cómo Jesús nunca perderá a ninguno de los que Su Padre le ha dado, y cómo busca y encuentra a Sus elegidos incluso cuando están perdidos como ovejas descarriadas.


Charles Spurgeon
¡Venga Tu reino!
¡Venga Tu reino! - La tierra será llena de la gloria del Señor y Jesús será coronado como Rey. Reflexiones sobre la venida del reino de Dios y la importancia de mantenernos fortalecidos en la fe.


Juan 16:12 - Referencia Cruzada

Con muchas parábolas como éstas Jesús les hablaba la palabra, según podían oírla; (Marcus 4:33)
A éstos también, después de Su padecimiento, se presentó vivo con muchas pruebas convincentes, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles de lo relacionado con el reino de Dios. (Hechos 1:3)
Acerca de esto tenemos mucho que decir, y es difícil de explicar, puesto que ustedes se han hecho tardos para oír. (Hebreos 5:11)
No hablaré mucho más con ustedes, porque viene el príncipe (gobernante) de este mundo, y él no tiene nada en Mí; (Juan 14:30)
Ya no los llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero los he llamado amigos, porque les he dado a conocer todo lo que he oído de Mi Padre. (Juan 15:15)
Así que yo, hermanos, no pude hablarles como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo. (1 Corintios 3:1)