Nueva Biblia Latinoamericana
Y Judas Iscariote, uno de Sus discípulos, el que Lo iba a entregar (traicionar), dijo: (Juan 12:4)
¿Por qué no se vendió este perfume por 300 denarios (salario de 300 días) y se dio a los pobres?" (Juan 12:5)
Pero dijo esto, no porque se preocupara por los pobres, sino porque era un ladrón, y como tenía la bolsa del dinero, sustraía de lo que se echaba en ella. (Juan 12:6)
Entonces Jesús dijo: "Déjala, para que lo guarde para el día de Mi sepultura.
Porque a los pobres siempre los tendrán con ustedes; pero a Mí no siempre Me tendrán." (Juan 12:8)
Entonces la gran multitud de Judíos se enteró de que Jesús estaba allí; y vinieron no sólo por causa de Jesús, sino también por ver a Lázaro, a quien había resucitado de entre los muertos. (Juan 12:9)
Pero los principales sacerdotes resolvieron matar también a Lázaro; (Juan 12:10)

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Juan 12:7 - Referencia Cruzada

Porque El está a la diestra del pobre, Para salvarlo de los que juzgan su alma. (Salmos 109:31)
Pero Jesús dijo: "Déjenla; ¿por qué la molestan? Buena obra ha hecho para Mí. (Marcus 14:6)
Pero Jesús, dándose cuenta, les dijo: "¿Por qué molestan a la mujer? Pues buena es la obra que Me ha hecho. (Mateo 26:10)
Y el ángel del SEÑOR dijo a Satanás: "El SEÑOR te reprenda, Satanás. Repréndate el SEÑOR que ha escogido a Jerusalén. ¿No es éste un tizón arrebatado del fuego?" (Zacarías 3:2)
Ya al atardecer, como era el día de la preparación, es decir, la víspera del día de reposo, (Marcus 15:42)
Al atardecer, vino un hombre rico de Arimatea, llamado José, que también se había convertido en discípulo de Jesús. (Mateo 27:57)
Había un hombre llamado José, miembro del Concilio (Sanedrín), varón bueno y justo, (Lucas 23:50)
Pues al derramar ella este perfume sobre Mi cuerpo, lo ha hecho a fin de prepararme para la sepultura. (Mateo 26:12)
Después de estas cosas, José de Arimatea, que era discípulo de Jesús, aunque en secreto por miedo a los Judíos, pidió permiso a Pilato para llevarse el cuerpo de Jesús. Y Pilato concedió el permiso. Entonces José vino, y se llevó el cuerpo de Jesús. (Juan 19:38)