Simón Pedro Le respondió: "Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna.
(Juan 6:68)
Y nosotros hemos creído y sabemos que Tú eres el Santo de Dios."
(Juan 6:69)
Jesús les respondió: "¿No los escogí Yo a ustedes, los doce, y sin embargo uno de ustedes es un diablo?"
(Juan 6:70)
El se refería a Judas, hijo de Simón Iscariote, porque éste, uno de los doce, Lo iba a entregar.
Después de esto, Jesús andaba por Galilea, pues no deseaba andar por Judea porque los Judíos Lo querían matar.
(Juan 7:1)
La fiesta de los Judíos, la de los Tabernáculos, estaba cerca.
(Juan 7:2)
Por eso los hermanos de Jesús Le dijeron: "Sal de aquí, y vete a Judea para que también Tus discípulos vean las obras que Tú haces.
(Juan 7:3)
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Juan 6:71 - Referencia Cruzada
También Judas, el que Lo iba a entregar (traicionar), conocía el lugar porque Jesús se había reunido allí muchas veces con Sus discípulos.
(Juan 18:2)
Aun mi íntimo amigo en quien yo confiaba, El que de mi pan comía, Contra mí ha levantado su talón.
(Salmos 41:9)
Sino tú, que eres mi igual, Mi compañero, mi íntimo amigo;
(Salmos 55:13)
Entonces Jesús respondió: "Es aquél a quien Yo le dé el pedazo de pan que voy a mojar." Y después de mojar el pedazo de pan, lo tomó y se lo dio a Judas, hijo de Simón Iscariote.
(Juan 13:26)
Pon a un impío sobre él, Y que un acusador esté a su diestra.
(Salmos 109:6)
Hermanos, tenía que cumplirse la Escritura en que por boca de David el Espíritu Santo predijo acerca de Judas (Iscariote), el que se hizo guía de los que prendieron a Jesús.
(Hechos 1:16)
Entonces Judas, el que Lo había entregado, viendo que Jesús había sido condenado, sintió remordimiento y devolvió las treinta monedas de plata (30 siclos: 432 gramos de plata) a los principales sacerdotes y a los ancianos,
(Mateo 27:3)
Entonces uno de los doce, llamado Judas Iscariote, fue a los principales sacerdotes,
(Mateo 26:14)
Este fue entregado por el plan predeterminado y el previo conocimiento de Dios, y ustedes Lo clavaron en una cruz por manos de impíos y Lo mataron.
(Hechos 2:23)
Pues algunos hombres se han infiltrado encubiertamente, los cuales desde mucho antes estaban marcados para esta condenación, impíos que convierten la gracia de nuestro Dios en libertinaje, y niegan a nuestro único Soberano y Señor, Jesucristo.
(Judas 1:4)