Nueva Biblia Latinoamericana
Entonces los Judíos Le dijeron: "Ya que haces estas cosas, ¿qué señal nos muestras?" (Juan 2:18)
Jesús les respondió: "Destruyan este templo, y en tres días lo levantaré." (Juan 2:19)
Entonces los Judíos dijeron: "En cuarenta y seis años fue edificado este templo, ¿y Tú lo levantarás en tres días?" (Juan 2:20)
Pero El hablaba del templo de Su cuerpo.
Por eso, cuando resucitó de los muertos, Sus discípulos se acordaron de que había dicho esto; y creyeron en la Escritura y en la palabra que Jesús había hablado. (Juan 2:22)
Cuando Jesús estaba en Jerusalén durante la fiesta de la Pascua, muchos creyeron en Su nombre al ver las señales que hacía. (Juan 2:23)
Pero Jesús, en cambio, no se confiaba en ellos, porque los conocía a todos, (Juan 2:24)

Otras publicaciones relacionadas con "Juan 2:21":

Richard Booker
La fiesta de los tabernáculos
El orador habla sobre el futuro del Reino de Dios y la celebración de la fiesta de tabernáculos en Jerusalén.


Richard Booker
La fiesta de los tabernáculos
La Fiesta de los Tabernáculos es una celebración bíblica descrita en el libro de Levítico. Durante siete días, los judíos realizan rituales y sacrificios para pedir bendiciones a Dios. Jesús celebró esta fiesta y aprovechó para demostrar su poder y autoridad espiritual.


Juan 2:21 - Referencia Cruzada

Están edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo Cristo Jesús mismo la piedra angular, (Efesios 2:20)
¿No saben que ustedes son templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en ustedes? (1 Corintios 3:16)
¿O qué acuerdo tiene el templo de Dios con los ídolos? Porque nosotros somos el templo del Dios vivo, como Dios dijo: "HABITARE EN ELLOS, Y ANDARE ENTRE ELLOS; Y SERE SU DIOS, Y ELLOS SERAN MI PUEBLO. (2 Corintios 6:16)
¿O no saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo que está en ustedes, el cual tienen de Dios, y que ustedes no se pertenecen a sí mismos? (1 Corintios 6:19)
Y viniendo a El, como a una piedra viva, desechada por los hombres, pero escogida y preciosa delante de Dios, (1 Pedro 2:4)
Porque agradó al Padre que en El habitara toda la plenitud (de la Deidad), (Colosenses 1:19)
como ministro del santuario y del tabernáculo verdadero, que el Señor erigió, no el hombre. (Hebreos 8:2)
Porque toda la plenitud de la Deidad reside corporalmente en El, (Colosenses 2:9)
El Verbo (La Palabra) se hizo carne, y habitó entre nosotros, y vimos Su gloria, gloria como del unigénito (único) del Padre, lleno de gracia y de verdad. (Juan 1:14)