Nueva Biblia Latinoamericana
pero ellos continuaban gritando: "¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo!" (Lucas 23:21)
Y él les dijo por tercera vez: "¿Por qué? ¿Qué mal ha hecho Este? No he hallado en El ningún delito digno de muerte; por tanto, Lo castigaré y Lo soltaré." (Lucas 23:22)
Pero ellos insistían, pidiendo a grandes voces que fuera crucificado, y sus voces comenzaron a predominar. (Lucas 23:23)
Entonces Pilato decidió que se les concediera su demanda.
Y soltó al que ellos pedían, al que había sido echado en la cárcel por insurrección y homicidio, pero entregó a Jesús a la voluntad de ellos. (Lucas 23:25)
Cuando Lo llevaban, tomaron a un tal Simón de Cirene que venía del campo y le pusieron la cruz encima para que la llevara detrás de Jesús. (Lucas 23:26)
Y seguía a Jesús una gran multitud del pueblo y de mujeres que lloraban y se lamentaban por El. (Lucas 23:27)

Otras publicaciones relacionadas con "Lucas 23:24":

Dr. Roberto Miranda
El dolor psíquico, emocional y psicológico de Jesús
El autor habla sobre la importancia de recordar el sacrificio de Jesús en la cruz durante la Semana Santa y en nuestra vida diaria, y enfatiza la necesidad de vivir una vida de entrega y servicio a él.


Dr. Roberto Miranda
Llamados a conocer al Señor en sus padecimientos
En esta predicación, el pastor explica el proceso y el precio que Jesucristo tuvo que pagar en la cruz por nuestros pecados y la importancia de aceptarlo como Salvador. También habla sobre la llenura del Espíritu Santo y la victoria de Cristo en la cruz.


Lucas 23:24 - Referencia Cruzada

Pilato, queriendo complacer a la multitud, les soltó a Barrabás; y después de hacer azotar a Jesús, Lo entregó para que fuera crucificado. (Marcus 15:15)
El que justifica al impío, y el que condena al justo, Ambos son igualmente abominación al SEÑOR. (Proverbios 17:15)
Entonces les soltó a Barrabás, y después de hacer azotar a Jesús, Lo entregó para que fuera crucificado. (Mateo 27:26)
Entonces, Pilato tomó a Jesús y Lo azotó. (Juan 19:1)
No seguirás a la multitud para hacer el mal, ni testificarás en un pleito inclinándote a la multitud para pervertir la justicia . (Éxodo 23:2)