Nueva Biblia Latinoamericana
Al tiempo de la vendimia envió un siervo a los labradores para que le dieran parte del fruto de la viña; pero los labradores, después de golpearlo, lo enviaron con las manos vacías. (Lucas 20:10)
Volvió a enviar otro siervo; y ellos también a éste, después de golpearlo y ultrajarlo, lo enviaron con las manos vacías. (Lucas 20:11)
Después envió un tercero; y a éste también lo hirieron y echaron fuera. (Lucas 20:12)
Entonces el dueño de la viña dijo: '¿Qué haré? Enviaré a mi hijo amado; quizá a él lo respetarán.'
Pero cuando los labradores lo vieron, razonaron entre sí, diciendo: 'Este es el heredero; vamos a matarlo para que la heredad sea nuestra.' (Lucas 20:14)
Y arrojándolo fuera de la viña, lo mataron. Por tanto, ¿qué les hará el dueño de la viña? (Lucas 20:15)
Vendrá y destruirá a estos labradores, y dará la viña a otros." Y cuando ellos oyeron esto, dijeron: "¡Nunca suceda tal cosa!" (Lucas 20:16)

Otras publicaciones relacionadas con "Lucas 20:13":

Omar Soto
Todos necesitamos otra oportunidad
Mensaje sobre la parábola de la higuera estéril y cómo todos necesitamos una segunda oportunidad en la vida y cómo Dios es el dador de múltiples oportunidades.


Dr. Roberto Miranda
Dios podría recibirnos como esclavos pero nos trata como hijos
En esta meditación, reflexionamos sobre la dualidad de nuestra identidad como siervos inútiles de Dios, pero también como hijos amados de Su Reino. author: Dr. Roberto Miranda, title: Dios podría recibirnos como esclavos pero nos trata como hijos, summary: En esta meditación, reflexionamos sobre la dualidad de nuestra identidad como siervos inútiles de Dios, pero también como hijos amados de Su Reino. A través de la Epístola de Pablo a Filemón, vemos cómo Dios nos trata con consideración y misericordia, aunque Él podría demandar lo que quisiera de nosotros. Debemos mantener estas dos vertientes en nuestra mente y acercarnos a Dios con audacia y atrevimiento, pero sin presumir de ser algo más de lo que somos. Que esta parábola siga enriqueciendo nuestro caminar en la fe en el Nombre de Jesús.


Lucas 20:13 - Referencia Cruzada

En esto se manifestó el amor de Dios en nosotros: en que Dios ha enviado a Su Hijo unigénito (único) al mundo para que vivamos por medio de El. (1 Juan 4:9)
¿Qué haré contigo, Efraín? ¿Qué haré contigo, Judá? Porque la lealtad (misericordia) de ustedes es como nube matinal, Y como el rocío, que temprano desaparece. (Oseas 6:4)
¿Qué más se puede hacer por Mi viña, Que Yo no haya hecho en ella? ¿Por qué, cuando esperaba que produjera uvas buenas, Produjo uvas silvestres? (Isaías 5:4)
¿Cómo podré abandonarte, Efraín? ¿Cómo podré entregarte, Israel? ¿Cómo podré Yo hacerte como a Adma? ¿Cómo podré tratarte como a Zeboim? Mi corazón se conmueve dentro de Mí, Se enciende toda Mi compasión. (Oseas 11:8)
Y se oyó una voz de los cielos que decía: "Este es Mi Hijo amado en quien Me he complacido." (Mateo 3:17)
Tal vez su súplica llegue delante del SEÑOR, y todos se vuelvan de su mal camino, porque grande es la ira y el furor que el SEÑOR ha pronunciado contra este pueblo." (Jeremías 36:7)
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a Su Hijo unigénito (único), para que todo aquél que cree en El, no se pierda, sino que tenga vida eterna. (Juan 3:16)
Y yo Lo he visto y he dado testimonio de que Este es el Hijo de Dios." (Juan 1:34)
El Padre ama al Hijo y ha entregado todas las cosas en Su mano. (Juan 3:35)
Pero cuando vino la plenitud (el cumplimiento) del tiempo, Dios envió a Su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la Ley, (Gálatas 4:4)
Pues lo que la Ley no pudo hacer, ya que era débil por causa de la carne, Dios lo hizo : enviando a Su propio Hijo en semejanza de carne de pecado y como ofrenda por el pecado, condenó al pecado en la carne, (Romanos 8:3)
Mientras estaba aún hablando, una nube luminosa los cubrió; y una voz salió de la nube, diciendo: "Este es Mi Hijo amado en quien Yo estoy complacido; óiganlo a El." (Mateo 17:5)
Y una voz salió de la nube, que decía: "Este es Mi Hijo, Mi Escogido; oigan a El." (Lucas 9:35)
Tal vez la casa de Judá oiga toda la calamidad que pienso traer sobre ellos, y se vuelva cada uno de su mal camino; entonces perdonaré su iniquidad y su pecado." (Jeremías 36:3)