Y ustedes ¿quién dicen que soy Yo?" les preguntó. Y Pedro le respondió: "El Cristo (El Mesías) de Dios."
(Lucas 9:20)Pero Jesús, advirtiéndoles severamente, les mandó que no dijeran esto a nadie,
(Lucas 9:21)y les dijo: "El Hijo del Hombre debe padecer mucho, y ser rechazado por los ancianos, los principales sacerdotes y los escribas, y ser muerto, y resucitar al tercer día."
(Lucas 9:22)Y a todos les decía: "Si alguien quiere seguirme, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame.
Porque el que quiera salvar su vida, la perderá, pero el que pierda su vida por causa de Mí, ése la salvará.
(Lucas 9:24)Pues, ¿de qué le sirve a un hombre haber ganado el mundo entero, si él mismo se destruye o se pierde?
(Lucas 9:25)Porque el que se avergüence de Mí y de Mis palabras, de éste se avergonzará el Hijo del Hombre cuando venga en Su gloria, y la del Padre, y la de los santos ángeles.
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Lucas 9:23 - Referencia Cruzada
Tomando aparte a Jesús, Pedro Lo reprendió: "¡No lo permita Dios, Señor! Eso nunca Te acontecerá."
(Mateo 16:22)Si alguien viene a Mí, y no aborrece a su padre y madre, a su mujer e hijos, a sus hermanos y hermanas, y aun hasta su propia vida, no puede ser Mi discípulo.
(Lucas 14:26)enseñándonos, que negando la impiedad y los deseos mundanos, vivamos en este mundo sobria, justa y piadosamente,
(Tito 2:12)Y el que no toma su cruz y sigue en pos de Mí, no es digno de Mí.
(Mateo 10:38)Porque si ustedes viven conforme a la carne, habrán de morir; pero si por el Espíritu hacen morir las obras de la carne (del cuerpo), vivirán.
(Romanos 8:13)Llamando Jesús a la multitud y a Sus discípulos, les dijo: "Si alguien quiere venir conmigo, niéguese a sí mismo, tome su cruz, y sígame.
(Marcus 8:34)El que ama su vida (alma) la pierde; y el que aborrece su vida (alma) en este mundo, la conservará para vida eterna.
(Juan 12:25)Y en verdad, todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús, serán perseguidos.
(2 Timoteo 3:12)Por tanto, consideren los miembros de su cuerpo terrenal como muertos a la fornicación, la impureza, las pasiones, los malos deseos y la avaricia, que es idolatría.
(Colosenses 3:5)