Nueva Biblia Latinoamericana
Pero él les dijo: "No se asusten; ustedes buscan a Jesús el Nazareno, el que fue crucificado. Ha resucitado, no está aquí; miren el lugar donde Lo pusieron. (Marcus 16:6)
Pero vayan, digan a Sus discípulos y a Pedro: 'El va delante de ustedes a Galilea; allí Lo verán, tal como les dijo.'" (Marcus 16:7)
Y saliendo ellas, huyeron del sepulcro, porque un gran temblor y espanto se había apoderado de ellas; y no dijeron nada a nadie porque tenían miedo. (Marcus 16:8)
Después de haber resucitado, muy temprano el primer día de la semana, Jesús se apareció primero a María Magdalena, de la que había echado fuera siete demonios.
Y ella fue y se lo comunicó a los que habían estado con El, que estaban lamentándose y llorando. (Marcus 16:10)
Cuando ellos oyeron que Jesús estaba vivo y que ella Lo había visto, se negaron a creerlo. (Marcus 16:11)
Después de esto, Jesús se apareció en forma distinta a dos de ellos cuando iban de camino al campo. (Marcus 16:12)

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Marcus 16:9 - Referencia Cruzada

Entre ellas estaban María Magdalena, María la madre de Jacobo y de José, y la madre de los hijos de Zebedeo. (Mateo 27:56)
y también algunas mujeres que habían sido sanadas de espíritus malos y de enfermedades: María, llamada Magdalena, de la que habían salido siete demonios; (Lucas 8:2)
Eran María Magdalena y Juana y María, la madre de Jacobo (Santiago). También las demás mujeres con ellas decían estas cosas a los apóstoles. (Lucas 24:10)
Y María Magdalena y María, la madre de José, miraban para saber dónde Lo ponían. (Marcus 15:47)
Había también unas mujeres mirando de lejos, entre las que estaban María Magdalena, María, la madre de Jacobo (Santiago) el menor y de José, y Salomé, (Marcus 15:40)
Al decir esto, se volvió y vio a Jesús que estaba allí, pero no sabía que era Jesús. (Juan 20:14)
y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados donde había estado el cuerpo de Jesús, uno a la cabecera y otro a los pies. (Juan 20:12)
El primer día de la semana, cuando estábamos reunidos para partir el pan, Pablo les hablaba, pensando salir al día siguiente, y prolongó su discurso hasta la medianoche. (Hechos 20:7)
Que el primer día de la semana, cada uno de ustedes aparte y guarde según haya prosperado, para que cuando yo vaya no se recojan entonces ofrendas. (1 Corintios 16:2)
Estaba yo en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz, como sonido de trompeta, (Apocalipsis 1:10)