Nueva Biblia Latinoamericana
Muy de mañana, el primer día de la semana, llegaron al sepulcro cuando el sol ya había salido. (Marcus 16:2)
Y se decían unas a otras: "¿Quién nos removerá la piedra de la entrada del sepulcro?" (Marcus 16:3)
Cuando levantaron los ojos, vieron que la piedra, aunque era sumamente grande, había sido removida. (Marcus 16:4)
Entrando en el sepulcro, vieron a un joven sentado al lado derecho, vestido con ropaje blanco; y ellas se asustaron.
Pero él les dijo: "No se asusten; ustedes buscan a Jesús el Nazareno, el que fue crucificado. Ha resucitado, no está aquí; miren el lugar donde Lo pusieron. (Marcus 16:6)
Pero vayan, digan a Sus discípulos y a Pedro: 'El va delante de ustedes a Galilea; allí Lo verán, tal como les dijo.'" (Marcus 16:7)
Y saliendo ellas, huyeron del sepulcro, porque un gran temblor y espanto se había apoderado de ellas; y no dijeron nada a nadie porque tenían miedo. (Marcus 16:8)

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Marcus 16:5 - Referencia Cruzada

y cuando entraron, no hallaron el cuerpo del Señor Jesús. (Lucas 24:3)
También entró el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro, y vio y creyó. (Juan 20:8)
Al verlo, Zacarías se turbó, y el temor se apoderó de él. (Lucas 1:12)
Pero María estaba fuera, llorando junto al sepulcro; y mientras lloraba, se inclinó y miró dentro del sepulcro; (Juan 20:11)
alcé los ojos y miré, y había un hombre vestido de lino, cuya cintura estaba ceñida con un cinturón de oro puro de Ufaz. (Daniel 10:5)
El se acercó adonde yo estaba, y cuando llegó, me aterroricé y caí sobre mi rostro, pero él me dijo: "Entiende, hijo de hombre, que la visión se refiere al tiempo del fin." (Daniel 8:17)
Su aspecto era como un relámpago, y su vestidura blanca como la nieve; (Mateo 28:3)
Pero cuando ellos Lo vieron andando sobre el mar, pensaron que era un fantasma y se pusieron a gritar; (Marcus 6:49)
Enseguida, cuando toda la multitud vio a Jesús, quedó sorprendida, y corriendo hacia El, Lo saludaban. (Marcus 9:15)
Entonces me dijo: "No temas, Daniel, porque desde el primer día en que te propusiste en tu corazón entender y humillarte delante de tu Dios, fueron oídas tus palabras, y a causa de tus palabras he venido. (Daniel 10:12)
Ella se turbó mucho por estas palabras, y se preguntaba qué clase de saludo sería éste. (Lucas 1:29)