Y Jesús le dijo: "¿Ves estos grandes edificios? No quedará piedra sobre piedra que no sea derribada."
(Marcus 13:2)Y estando El sentado en el Monte de los Olivos, frente al templo, Pedro, Jacobo (Santiago), Juan y Andrés Le preguntaban en privado:
(Marcus 13:3)Dinos, ¿cuándo sucederá esto, y qué señal habrá cuando todas estas cosas se hayan de cumplir?"
(Marcus 13:4)Y Jesús comenzó a decirles: "Miren que nadie los engañe.
Muchos vendrán en Mi nombre diciendo: 'Yo soy el Cristo,' y engañarán a muchos.
(Marcus 13:6)Cuando ustedes oigan de guerras y de rumores de guerras, no se alarmen; es necesario que todo esto suceda, pero todavía no es el fin.
(Marcus 13:7)Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá terremotos en diversos lugares; y habrá hambres. Esto sólo es el comienzo de dolores.
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Marcus 13:5 - Referencia Cruzada
Jesús les respondió: "Tengan cuidado de que nadie los engañe.
(Mateo 24:4)Que nadie los engañe con palabras vanas, pues por causa de estas cosas la ira de Dios viene sobre los hijos de desobediencia.
(Efesios 5:6)No se dejen engañar: "Las malas compañías corrompen las buenas costumbres."
(1 Corintios 15:33)Jesús respondió: "Cuídense de no ser engañados; porque muchos vendrán en Mi nombre, diciendo: 'Yo soy el Cristo (el Mesías),' y: 'El tiempo está cerca.' No los sigan.
(Lucas 21:8)Amados, no crean a todo espíritu, sino prueben los espíritus para ver si son de Dios, porque muchos falsos profetas han salido al mundo.
(1 Juan 4:1)Que nadie los engañe en ninguna manera, porque no vendrá sin que primero venga la apostasía y sea revelado el hombre de pecado, el hijo de perdición.
(2 Tesalonicenses 2:3)Cuando los mil años se cumplan, Satanás será soltado de su prisión,
(Apocalipsis 20:7)Porque así dice el SEÑOR de los ejércitos, el Dios de Israel: 'Que no los engañen sus profetas, que están en medio de ustedes, ni sus adivinos, ni escuchen los sueños que tienen.
(Jeremías 29:8)Miren que nadie los haga cautivos por medio de su filosofía y vanas sutilezas, según la tradición de los hombres, conforme a los principios (las normas) elementales del mundo y no según Cristo.
(Colosenses 2:8)