Nueva Biblia Latinoamericana
Mientras Jesús estaba todavía hablando, Judas, uno de los doce (discípulos), llegó acompañado de una gran multitud con espadas y palos, de parte de los principales sacerdotes y de los ancianos del pueblo. (Mateo 26:47)
El que Lo entregaba les había dado una señal, diciendo: "Al que yo bese, El es; Lo pueden prender." (Mateo 26:48)
Enseguida se acercó a Jesús y dijo: "¡Salve, Rabí!" Y Lo besó. (Mateo 26:49)
Amigo, haz lo que viniste a hacer," le dijo Jesús. Entonces ellos se acercaron, echaron mano a Jesús y Lo arrestaron.
Y uno de los que estaban con Jesús, extendiendo la mano, sacó su espada, e hiriendo al siervo del sumo sacerdote, le cortó la oreja. (Mateo 26:51)
Entonces Jesús le dijo: "Vuelve tu espada a su sitio, porque todos los que tomen la espada, a espada perecerán. (Mateo 26:52)
¿O piensas que no puedo rogar a Mi Padre, y El pondría a Mi disposición ahora mismo más de doce legiones de ángeles? (Mateo 26:53)

Otras publicaciones relacionadas con "Mateo 26:50":

Charles Spurgeon
Jesús no perderá a ninguno de los que Su Padre le ha dado
Artículo sobre cómo Jesús nunca perderá a ninguno de los que Su Padre le ha dado, y cómo busca y encuentra a Sus elegidos incluso cuando están perdidos como ovejas descarriadas.


Dr. Roberto Miranda
Tocado por un ángel de Dios
En este artículo, el autor reflexiona sobre la importancia de pedir discernimiento a Dios para evitar el orgullo y siempre darle la gloria. También se habla de la existencia de ángeles y demonios en el mundo sobrenatural y la importancia de mantener una postura de fe incondicional ante los misterios de Dios. Se enfatiza en la historia de Pedro y la iglesia que estaba orando por él, pero no creyó que Dios lo había liberado de la cárcel cuando realmente sucedió. El autor llama a tener una fe que pueda creer en los milagros mayores que Dios puede hacer.


Mateo 26:50 - Referencia Cruzada

Sino tú, que eres mi igual, Mi compañero, mi íntimo amigo; (Salmos 55:13)
y le dijo: 'Amigo, ¿cómo entraste aquí sin traje de boda?' Pero el hombre se quedó callado. (Mateo 22:12)
Pero Jesús le dijo: "Judas, ¿con un beso entregas al Hijo del Hombre?" (Lucas 22:48)
Pero respondiendo el hacendado, dijo a uno de ellos: 'Amigo, no te hago ninguna injusticia; ¿no conviniste conmigo en un denario? (Mateo 20:13)
Y Absalón dijo a Husai: "¿Es ésta tu lealtad para con tu amigo? ¿Por qué no fuiste con tu amigo?" (2 Samuel 16:17)
Aun mi íntimo amigo en quien yo confiaba, El que de mi pan comía, Contra mí ha levantado su talón. (Salmos 41:9)