¡Ay de ustedes, escribas y Fariseos, hipócritas que pagan el diezmo de la menta, del anís y del comino, y han descuidado los preceptos más importantes de la ley: la justicia, la misericordia y la fidelidad! Estas son las cosas que debían haber hecho, sin descuidar aquéllas.
(Mateo 23:23)¡Guías ciegos, que cuelan el mosquito y se tragan el camello!
(Mateo 23:24)¡Ay de ustedes, escribas y Fariseos, hipócritas, que limpian el exterior del vaso y del plato, pero por dentro están llenos de robo y de desenfreno!
(Mateo 23:25)¡Fariseo ciego! Limpia primero lo de adentro del vaso y del plato, para que lo de afuera también quede limpio.
¡Ay de ustedes, escribas y Fariseos, hipócritas que son semejantes a sepulcros blanqueados! Por fuera lucen hermosos, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia.
(Mateo 23:27)Así también ustedes, por fuera parecen justos a los hombres, pero por dentro están llenos de hipocresía y de iniquidad.
(Mateo 23:28)¡Ay de ustedes, escribas y Fariseos, hipócritas! Porque edifican los sepulcros de los profetas y adornan los monumentos de los justos,
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Mateo 23:26 - Referencia Cruzada
Arrojen de ustedes todas las transgresiones que han cometido, y háganse un corazón nuevo y un espíritu nuevo. ¿Por qué han de morir, casa de Israel?
(Ezequiel 18:31)En tus adulterios y en tus relinchos, En la bajeza de tu prostitución Sobre las colinas del campo, He visto tus abominaciones. ¡Ay de ti, Jerusalén! ¿Hasta cuándo seguirás sin purificarte?"
(Jeremías 13:27)O hagan ustedes bueno el árbol y bueno su fruto, o hagan malo el árbol y malo su fruto; porque por el fruto se conoce el árbol.
(Mateo 12:33)El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo que es bueno; y el hombre malo, del mal tesoro saca lo que es malo; porque de la abundancia del corazón habla su boca.
(Lucas 6:45)Lava de maldad tu corazón, Jerusalén, Para que seas salvada. ¿Hasta cuándo morarán dentro de ti Pensamientos perversos?
(Jeremías 4:14)acerquémonos con corazón sincero (verdadero), en plena certidumbre de fe, teniendo nuestro corazón purificado de mala conciencia y nuestro cuerpo lavado con agua pura.
(Hebreos 10:22)Acérquense a Dios, y El se acercará a ustedes. Limpien sus manos, pecadores; y ustedes de doble ánimo (que dudan), purifiquen sus corazones.
(Santiago 4:8)Abandone el impío su camino, Y el hombre malvado sus pensamientos, Y vuélvase al SEÑOR, Que tendrá de él compasión, Al Dios nuestro, Que será amplio en perdonar.
(Isaías 55:7)Por tanto, amados, teniendo estas promesas, limpiémonos de toda inmundicia de la carne y del espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios.
(2 Corintios 7:1)