Nueva Biblia Latinoamericana
Y dos ciegos que estaban sentados junto al camino, al oír que Jesús pasaba, gritaron: "¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de nosotros!" (Mateo 20:30)
La gente los reprendía para que se callaran, pero ellos gritaban más aún: "¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de nosotros!" (Mateo 20:31)
Y deteniéndose Jesús, los llamó y les dijo: "¿Qué quieren que Yo haga por ustedes?" (Mateo 20:32)
Ellos Le respondieron: "Señor, deseamos que nuestros ojos sean abiertos."
Entonces Jesús, movido a compasión, tocó los ojos de ellos, y al instante recobraron la vista, y Lo siguieron. (Mateo 20:34)
Cuando se acercaron a Jerusalén y llegaron a Betfagé, junto al Monte de los Olivos, Jesús entonces envió a dos discípulos, (Mateo 21:1)
diciéndoles: "Vayan a la aldea que está enfrente de ustedes, y enseguida encontrarán un asna atada y un pollino con ella; desátenla y tráiganlos a Mí. (Mateo 21:2)

Otras publicaciones relacionadas con "Mateo 20:33":

Isaías Rivera
Una ciudad de refugio
En este sermón, el pastor habla sobre la importancia de aceptar y ayudar a las personas discapacitadas en la sociedad y en la iglesia, y cómo podemos aplicar la historia de Bartimeo en nuestra vida diaria.


Alberto González Muñoz
Menos palabras, más vida
En este artículo, Alberto González Muñoz reflexiona sobre la importancia de la experiencia personal en la fe en Jesucristo y cómo debemos reflejar su amor en nuestras vidas.


Omar Soto
¿Qué quieres que haga por ti?
En este sermón se enfatiza la importancia de ser específicos y constantes en nuestras peticiones a Dios, pero también de examinar nuestras intenciones y ser sinceros en nuestra relación con Él.


Mateo 20:33 - Referencia Cruzada

Abre mis ojos, para que vea Las maravillas de Tu ley. (Salmos 119:18)
pido que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, les dé espíritu de sabiduría y de revelación en un mejor (verdadero) conocimiento de El. (Efesios 1:17)