Por eso no se cumple la ley Y nunca prevalece la justicia (el derecho). Porque el impío asedia al justo; Por eso sale pervertida la justicia.
(Habacuc 1:4)¡Miren entre las naciones! ¡Observen! ¡Asómbrense, quédense atónitos! Porque haré una obra en sus días Que ustedes no la creerían si alguien se las contara.
(Habacuc 1:5)Porque voy a levantar a los Caldeos (Babilonios), Pueblo feroz e impetuoso, Que marcha por la anchura de la tierra Para apoderarse de moradas ajenas.
(Habacuc 1:6)Imponente y temible es; De él mismo proceden su justicia y su grandeza.
Sus caballos son más veloces que leopardos Y más astutos que lobos al anochecer. Al galope vienen sus jinetes, Sus jinetes vienen de lejos, Vuelan como águila que se precipita a devorar.
(Habacuc 1:8)Vienen todos ellos para hacer violencia, Su horda de rostros avanza, Recoge cautivos como arena.
(Habacuc 1:9)Se burla de los reyes, Y los gobernantes le son motivo de risa; Se ríe de toda fortaleza, Amontona escombros para tomarla.
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Habacuc 1:7 - Referencia Cruzada
También tomó de la ciudad a un oficial que estaba encargado de los hombres de guerra, a siete de los consejeros del rey que se hallaban en la ciudad, al escriba del comandante del ejército que reclutaba al pueblo de la tierra, y a sesenta hombres del pueblo que se hallaban dentro de la ciudad.
(Jeremías 52:25)Acércate tú, y oye lo que el SEÑOR nuestro Dios dice; entonces dinos todo lo que el SEÑOR nuestro Dios te diga, y lo escucharemos y lo haremos.'
(Deuteronomio 5:27)Pero el ejército de los Caldeos los persiguió, y alcanzaron a Sedequías en los llanos de Jericó; lo apresaron y lo llevaron a Ribla en la tierra de Hamat, donde Nabucodonosor, rey de Babilonia, dictó sentencia contra él.
(Jeremías 39:5)En aquel tiempo será traído un obsequio al SEÑOR de los ejércitos De parte de un pueblo de alta estatura y de piel brillante, De un pueblo temido por todas partes, De una nación poderosa y opresora, Cuya tierra surcan los ríos, Al lugar del nombre del SEÑOR de los ejércitos, el Monte Sion.
(Isaías 18:7)Entonces capturaron al rey y lo trajeron al rey de Babilonia en Ribla en la tierra de Hamat, y allí él lo sentenció.
(Jeremías 52:9)