Nueva Biblia Latinoamericana
Todo por las muchas prostituciones de la ramera, La encantadora, la maestra de hechizos, Que seduce a las naciones con sus prostituciones Y a los pueblos con sus hechizos. (Nahúm 3:4)
Aquí estoy contra ti," declara el SEÑOR de los ejércitos. "Levantaré tus faldas sobre tu rostro, Y mostraré a las naciones tu desnudez Y a los reinos tu vergüenza. (Nahúm 3:5)
Echaré sobre ti inmundicias, Te haré despreciable, y haré de ti un espectáculo. (Nahúm 3:6)
Y sucederá que todo el que te vea Huirá de ti, y dirá: '¡Asolada está Nínive! ¿Quién llorará por ella?' ¿Dónde te buscaré consoladores?"
¿Eres tú mejor que Tebas, La asentada junto al Nilo, Rodeada de aguas, Cuyo baluarte era el mar Y las aguas su muralla? (Nahúm 3:8)
Etiopía era su fortaleza, También Egipto, y no tenía límite. Fut y Libia estaban entre los que la ayudaban. (Nahúm 3:9)
Sin embargo ella fue desterrada, Llevada al cautiverio; También sus niños fueron estrellados En todas las bocacalles. Sobre sus nobles echaron suertes, Y todos sus principales fueron atados con cadenas. (Nahúm 3:10)

Otras publicaciones relacionadas con "Nahúm 3:7":

Dr. Roberto Miranda
Una oportunidad desperdiciada
Este sermón habla sobre cómo reaccionamos ante las ofensas y conflictos en nuestras vidas, y la importancia de vivir conforme a los principios del Reino de Dios. Se utiliza la historia de Dina en Génesis para ilustrar cómo los hijos de Dios deben poner por encima los valores del Reino de Dios, como la paz, la misericordia y el perdón.


Dr. Roberto Miranda
Debemos dar testimonio de nuestro Dios en cualquier lugar
El Dr. Roberto Miranda nos anima a dar testimonio de nuestro Dios en cualquier lugar, incluso en situaciones difíciles. Debemos seguir sirviendo al Señor y no renunciar a nuestra fe. Dios nos usará y glorificará en las pruebas y en los tiempos de cosecha.


Nahúm 3:7 - Referencia Cruzada

Estas dos cosas te han acontecido, ¿Quién te confortará?; Desolación y destrucción, hambre y espada, ¿Quién te consolará? (Isaías 51:19)
y diciendo: '¡Ay, ay, la gran ciudad, que estaba vestida de lino fino, púrpura y escarlata, y adornada de oro, piedras preciosas y perlas! (Apocalipsis 18:16)
Todos los Israelitas que estaban alrededor de ellos huyeron a sus gritos, pues decían: "¡No sea que la tierra nos trague!" (Números 16:34)
¿Cómo he de amonestarte? ¿A qué te compararé, Hija de Jerusalén? ¿A qué te igualaré al consolarte, Virgen hija de Sion? Porque grande como el mar es tu ruina; ¿Quién te podrá sanar? (Lamentaciones 2:13)
¡Cómo ha sido tomada Sesac (Babilonia), Y arrebatada la gloria de toda la tierra! ¡Cómo se ha convertido Babilonia en objeto de horror entre las naciones! (Jeremías 51:41)
¡Saqueen la plata! ¡Saqueen el oro! No hay límite a los tesoros, A las riquezas de toda clase de objetos codiciables. (Nahúm 2:9)
Quisimos curar a Babilonia, pero no ha sanado; Déjenla, y vayamos cada cual a su tierra, Porque ha llegado al cielo su juicio, Se ha elevado hasta las nubes. (Jeremías 51:9)
Y de pie, desde lejos por causa del temor de su tormento, dirán: '¡Ay, ay, la gran ciudad, Babilonia, la ciudad fuerte! Porque en una hora ha llegado tu juicio.' (Apocalipsis 18:10)
Porque, ¿quién se compadecerá de ti, oh Jerusalén? ¿Quién llorará por ti, O quién se apartará de su camino para preguntar por tu bienestar? (Jeremías 15:5)
Oráculo (Profecía) sobre Nínive. Libro de la visión de Nahúm de Elcos. (Nahúm 1:1)