El escudo de los valientes es rojo, Los guerreros están vestidos de escarlata, Y de acero centelleante los carros Cuando están en formación, Y se blanden las lanzas de ciprés.
(Nahúm 2:3)Por las calles corren furiosos los carros, Se precipitan por las plazas, Su aspecto es semejante a antorchas, Como relámpagos se lanzan.
(Nahúm 2:4)Se acuerda él de sus nobles Que tropiezan en su marcha, Se apresuran a su muralla, Y es preparada la defensa.
(Nahúm 2:5)Las compuertas de los ríos se abren, Y el palacio se llena de terror.
Está decretado: La reina es despojada y deportada, Y sus sirvientas gimen como palomas, Golpeándose el pecho.
(Nahúm 2:7)Aunque Nínive era como estanque de aguas desde la antigüedad; Ahora ellos huyen. "¡Deténganse! ¡Deténganse!" Pero nadie se vuelve.
(Nahúm 2:8)¡Saqueen la plata! ¡Saqueen el oro! No hay límite a los tesoros, A las riquezas de toda clase de objetos codiciables.
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Nahúm 2:6 - Referencia Cruzada
Pero el día del Señor vendrá como ladrón, en el cual los cielos pasarán con gran estruendo, y los elementos serán destruidos con fuego intenso, y la tierra y las obras que hay en ella serán quemadas.
(2 Pedro 3:10)Así dice el SEÑOR a Ciro, Su ungido, A quien he tomado por la diestra, Para someter ante él naciones, Y para desatar lomos de reyes, Para abrir ante él las puertas, Para que no queden cerradas las entradas:
(Isaías 45:1)