Nueva Biblia Latinoamericana
Haré de la coja un remanente, Y de la perseguida una nación fuerte. Y el SEÑOR reinará sobre ellos en el Monte Sion Desde ahora y para siempre. (Miqueas 4:7)
Y tú, torre del rebaño, Colina de la hija de Sion, Hasta ti vendrá, Vendrá el antiguo dominio, El reino de la hija de Jerusalén. (Miqueas 4:8)
Ahora, ¿por qué gritas tan fuerte? ¿No hay rey en ti? ¿Ha perecido tu consejero, Que el dolor te aflige como a mujer de parto? (Miqueas 4:9)
Retuércete y gime, Hija de Sion, Como mujer de parto, Porque ahora saldrás de la ciudad Y habitarás en el campo, E irás hasta Babilonia. Allí serás rescatada, Allí te redimirá el SEÑOR De la mano de tus enemigos.
Pero ahora se han juntado contra ti muchas naciones, Que dicen: 'Sea profanada, Y que se deleiten en Sion nuestros ojos.' (Miqueas 4:11)
Pero ellos no conocen los pensamientos del SEÑOR, Ni comprenden Su propósito; Porque los ha recogido como gavillas en la era. (Miqueas 4:12)
Levántate y trilla, hija de Sion, Pues Yo haré tu cuerno de hierro Y tus pezuñas de bronce, Para que desmenuces a muchos pueblos, Para que consagres al SEÑOR su injusta ganancia, Y sus riquezas al Señor de toda la tierra." (Miqueas 4:13)

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Miqueas 4:10 - Referencia Cruzada

Te libraré de la mano de los malos, Y te redimiré de la garra de los violentos." (Jeremías 15:21)
Así dice el SEÑOR su Redentor, el Santo de Israel: "Por su causa envié a Babilonia E hice descender como fugitivos a todos ellos, Es decir, a los Caldeos, en las naves de las cuales se gloriaban. (Isaías 43:14)
Y se le dieron a la mujer las dos alas de la gran águila a fin de que volara de la presencia de la serpiente al desierto, a su lugar, donde fue sustentada por un tiempo, tiempos y medio tiempo. (Apocalipsis 12:14)
¡Sion, tú que moras con la hija de Babilonia, escápate! (Zacarías 2:7)
Pero el número de los Israelitas Será como la arena del mar, Que no se puede medir ni contar; Y sucederá que en el lugar Donde se les dice: "No son Mi pueblo," Se les dirá: "Son hijos del Dios viviente." (Oseas 1:10)
En verdad les digo, que llorarán y se lamentarán, pero el mundo se alegrará; ustedes estarán tristes, pero su tristeza se convertirá en alegría. (Juan 16:20)
A los que habían escapado de la espada los llevó a Babilonia; y fueron siervos de él y de sus hijos hasta el dominio del reino de Persia, (2 Crónicas 36:20)
Los salvó de mano del que los odiaba, Y los redimió de mano del enemigo. (Salmos 106:10)
Prorrumpan a una en gritos de júbilo, Lugares desolados de Jerusalén, Porque el SEÑOR ha consolado a Su pueblo, Ha redimido a Jerusalén. (Isaías 52:9)
Dolores de parto vienen sobre él; No es un hijo sensato, Porque no es hora de que se demore en abrirse la matriz. (Oseas 13:13)
Salgan de Babilonia, huyan de los Caldeos; Con voz de júbilo anuncien, proclamen esto, Publíquenlo hasta los confines de la tierra; Digan: "El SEÑOR ha redimido a Su siervo Jacob." (Isaías 48:20)
Por eso el SEÑOR hizo venir contra ellos a los capitanes del ejército del rey de Asiria, que capturaron a Manasés con garfios, lo ataron con cadenas de bronce y lo llevaron a Babilonia. (2 Crónicas 33:11)
Yo lo he despertado en justicia, Y todos sus caminos allanaré. El edificará Mi ciudad y dejará libres a Mis desterrados Sin pago ni recompensa," dice el SEÑOR de los ejércitos. (Isaías 45:13)
Antes que estuviera de parto, ella dio a luz; Antes que le vinieran los dolores, dio a luz un niño. (Isaías 66:7)
Por tanto, voy a seducirla, Llevarla al desierto, Y hablarle al corazón. (Oseas 2:14)
En el primer año de Ciro, rey de Persia, para que se cumpliera la palabra del SEÑOR por boca de Jeremías, el SEÑOR movió el espíritu de Ciro, rey de Persia, y éste hizo proclamar por todo su reino y también por escrito: (Esdras 1:1)
No te alegres de mí, enemiga mía. Aunque caiga, me levantaré, Aunque more en tinieblas, el SEÑOR es mi luz. (Miqueas 7:8)
Y algunos de tus hijos que saldrán de ti, los que engendrarás, serán llevados, y serán oficiales en el palacio del rey de Babilonia.'" (2 Reyes 20:18)
Y al ser abierta una brecha en la ciudad, todos los hombres de guerra huyeron de noche por el camino de la puerta entre las dos murallas, junto al jardín del rey, estando los Caldeos alrededor de la ciudad, y se fueron por el camino del Arabá. (2 Reyes 25:4)