Nueva Biblia Latinoamericana
Tú, hijo de hombre, eleva una elegía por Tiro; (Ezequiel 27:2)
y dile a Tiro, que está asentada en las entradas del mar, negociante de los pueblos de muchas costas: 'Así dice el Señor DIOS: "Tiro, tú has dicho: 'Soy de perfecta hermosura.' (Ezequiel 27:3)
En el corazón de los mares están tus fronteras; Tus edificadores perfeccionaron tu hermosura. (Ezequiel 27:4)
De los cipreses de Senir te han hecho todas tus tablas; Del Líbano han tomado un cedro para hacerte un mástil.
De encinas de Basán han hecho tus remos; Tu cubierta de boj de las costas de Chipre la han incrustado con marfil. (Ezequiel 27:6)
De lino fino bordado de Egipto era tu vela Para que te sirviera de distintivo (estandarte); De azul y púrpura de las costas de Elisa era tu pabellón. (Ezequiel 27:7)
Los habitantes de Sidón y de Arvad eran tus remeros; Tus sabios, Tiro, estaban a bordo; eran tus pilotos. (Ezequiel 27:8)

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Ezequiel 27:5 - Referencia Cruzada

Aun los cipreses y los cedros del Líbano se alegran a causa de ti, y dicen: 'Desde que fuiste derribado, no ha subido talador contra nosotros.' (Isaías 14:8)
Ahora pues, ordena que me corten cedros del Líbano, y mis siervos estarán con tus siervos. Te daré salarios para tus siervos conforme a todo lo que tú digas, pues sabes que no hay nadie entre nosotros que sepa labrar madera como los Sidonios." (1 Reyes 5:6)
Los árboles del SEÑOR se sacian, Los cedros del Líbano que El plantó, (Salmos 104:16)
La voz del SEÑOR rompe los cedros; Sí, el SEÑOR hace pedazos los cedros del Líbano; (Salmos 29:5)
Hiram, rey de Tiro, envió sus siervos a Salomón, cuando oyó que lo habían ungido rey en lugar de su padre, pues Hiram siempre había sido amigo de David. (1 Reyes 5:1)
(los Sidonios llaman Sirión, a Hermón, y los Amorreos lo llaman Senir): (Deuteronomio 3:9)
El justo florecerá como la palma, Crecerá como cedro en el Líbano. (Salmos 92:12)
Ven conmigo desde el Líbano, esposa mía , Ven conmigo desde el Líbano. Baja desde la cumbre del Amaná, Desde la cumbre del Senir y del Hermón, Desde las guaridas de los leones, Desde los montes de los leopardos. (Cantares 4:8)