Nueva Biblia Latinoamericana
Porque así dice el Señor DIOS: 'Voy a entregarte en manos de los que odias, en manos de aquéllos de los que te alejaste. (Ezequiel 23:28)
Ellos te tratarán con odio, te quitarán todas tus posesiones y te dejarán desnuda y descubierta. Y será descubierta la vergüenza de tus prostituciones; tanto tu lujuria como tus prostituciones. (Ezequiel 23:29)
Estas cosas se harán contigo porque te has prostituido con las naciones, porque te has contaminado con sus ídolos. (Ezequiel 23:30)
Has andado en el camino de tu hermana; por tanto pondré su copa en tu mano.'
Así dice el Señor DIOS: 'Beberás la copa de tu hermana, Que es hondo y ancho; Servirá de risa y de escarnio Porque es de gran capacidad. (Ezequiel 23:32)
De embriaguez y de dolor te llenarás. La copa de horror y desolación Es la copa de tu hermana Samaria. (Ezequiel 23:33)
La beberás y la agotarás; Roerás sus fragmentos, Y te desgarrarás los pechos. Porque Yo he hablado,' declara el Señor DIOS. (Ezequiel 23:34)

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Ezequiel 23:31 - Referencia Cruzada

Porque así me ha dicho el SEÑOR, Dios de Israel: "Toma de Mi mano esta copa del vino del furor, y haz que beban de ella todas las naciones a las cuales Yo te envío. (Jeremías 25:15)
Pero no sólo has andado en sus caminos y has hecho según sus abominaciones, sino que, como si eso fuera muy poco, te has corrompido más que ellas en todos tus caminos. (Ezequiel 16:47)
Como hice con Silo, así haré con la casa que es llamada por Mi nombre, en la cual confían, y al lugar que di a ustedes y a sus padres. (Jeremías 7:14)
Y vi que ella se había contaminado; un mismo camino habían seguido las dos. (Ezequiel 23:13)
Extenderé sobre Jerusalén el cordel de Samaria y la plomada de la casa de Acab, y limpiaré a Jerusalén como se limpia un plato, limpiándolo y volviéndolo boca abajo. (2 Reyes 21:13)
Y El ha confirmado las palabras que habló contra nosotros y contra nuestros jefes que nos gobernaron, trayendo sobre nosotros gran calamidad, pues nunca se ha hecho debajo del cielo nada como lo que se ha hecho contra Jerusalén. (Daniel 9:12)
Y vio que a causa de todos los adulterios de la infiel Israel, Yo la había despedido, dándole carta de divorcio. Con todo, su rebelde hermana Judá no tuvo temor, sino que ella también fue y se hizo ramera. (Jeremías 3:8)