Ni aún Samaria ha cometido ni la mitad de tus pecados, pues tú has multiplicado tus abominaciones más que ellas, y has hecho aparecer justas a tus hermanas con todas las abominaciones que has cometido. (Ezequiel 16:51)

También tú, carga con tu ignominia ya que has hecho que se hagan juicios favorables de tus hermanas. A causa de tus pecados, en los que obraste en forma más abominable que ellas, ellas son más justas que tú. Tú pues, avergüénzate también y carga con tu ignominia, ya que hiciste que tus hermanas parecieran justas. (Ezequiel 16:52)

Y cambiaré su suerte, la suerte de Sodoma y de sus hijas, la suerte de Samaria y de sus hijas, y junto con ellas, tu propia suerte, (Ezequiel 16:53)

para que cargues con tu humillación y te avergüences de todo lo que has hecho cuando seas consuelo para ellas.

Y tus hermanas, Sodoma con sus hijas y Samaria con sus hijas, volverán a su estado anterior; también tú y tus hijas volverán a su estado anterior. (Ezequiel 16:55)

El nombre de tu hermana Sodoma no era mencionado en tu boca el día de tu soberbia, (Ezequiel 16:56)

antes que fuera descubierta tu maldad. Como ella, tú has venido a ser el oprobio de las hijas de Edom, de todas sus vecinas y de las hijas de los Filisteos que te desprecian por todos lados. (Ezequiel 16:57)

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Ezequiel 16:54 - Referencia Cruzada

Entonces se acordarán de sus malos caminos y de sus obras que no eran buenas, y se aborrecerán a ustedes mismos por sus iniquidades y por sus abominaciones. (Ezequiel 36:31)

Sin embargo, en ella quedarán sobrevivientes, hijos e hijas que serán sacados. Saldrán hacia ustedes y verán su conducta y sus obras; entonces serán consolados de la calamidad que he traído contra Jerusalén, de todo lo que he traído sobre ella. (Ezequiel 14:22)

para que recuerdes y te avergüences, y nunca más abras la boca a causa de tu humillación, cuando Yo te haya perdonado por todo lo que has hecho," declara el Señor DIOS. (Ezequiel 16:63)

Como se avergüenza el ladrón cuando es descubierto, Así se ha avergonzado la casa de Israel: Ellos, sus reyes, sus príncipes, Sus sacerdotes y sus profetas. (Jeremías 2:26)