Nueva Biblia Latinoamericana
Pero oye ahora esta palabra que voy a hablar a tus oídos y a oídos de todo el pueblo: (Jeremías 28:7)
Los profetas que fueron antes de mí y antes de ti desde la antigüedad, profetizaron guerra, calamidad y pestilencia contra muchas tierras y contra grandes reinos. (Jeremías 28:8)
Si un profeta profetiza paz, cuando la palabra del profeta se cumpla, ese profeta será conocido como el que el SEÑOR en verdad ha enviado." (Jeremías 28:9)
Entonces el profeta Hananías quitó el yugo del cuello del profeta Jeremías y lo rompió.
Y Hananías dijo en presencia de todo el pueblo: "Así dice el SEÑOR: 'De esta manera romperé dentro de dos años el yugo de Nabucodonosor, rey de Babilonia, del cuello de todas las naciones.'" Luego el profeta Jeremías se fue por su camino. (Jeremías 28:11)
Después que Hananías había roto el yugo del cuello del profeta Jeremías, vino a Jeremías la palabra del SEÑOR: (Jeremías 28:12)
Ve y habla a Hananías: 'Así dice el SEÑOR: "Has roto yugos de madera, pero en su lugar harás yugos de hierro." (Jeremías 28:13)

Otras publicaciones relacionadas con "Jeremías 28:10":

Charles Spurgeon
Nuestra palabra no regresará vacía
Artículo sobre la importancia de hablar por Dios y alimentar a otros con sus palabras, basado en la historia de Jeremías como siervo especial de Dios.


Dr. Roberto Miranda
Apriétanos las tuercas
El predicador habla sobre la importancia de creer en la palabra profética de Dios y seguir su llamado, incluso en momentos de incertidumbre y miedo. El autor también cree que Dios está levantando apóstoles y profetas en este tiempo para guiar a la iglesia y que la iglesia debe discernir y seguir la palabra de Dios a través de ellos.


Jeremías 28:10 - Referencia Cruzada

Así me ha dicho el SEÑOR: "Hazte coyundas y yugos y póntelos al cuello, (Jeremías 27:2)
Las palabras de ustedes han sido duras contra Mí," dice el SEÑOR. Pero dicen: '¿Qué hemos hablado contra Ti?' (Malaquías 3:13)
Y a Jeconías, hijo de Joacim, rey de Judá, y a todos los desterrados de Judá que fueron a Babilonia, Yo los haré volver a este lugar,' declara el SEÑOR, 'porque romperé el yugo del rey de Babilonia.'" (Jeremías 28:4)
Así dice el SEÑOR de los ejércitos, el Dios de Israel: 'He quebrado el yugo del rey de Babilonia. (Jeremías 28:2)
Y sucedía que después que Jehudí había leído tres o cuatro columnas, el rey lo cortaba con el cuchillo del escriba y lo echaba al fuego que estaba en el brasero, hasta consumir todo el rollo en el fuego que estaba en el brasero. (Jeremías 36:23)
Entonces se acercó Sedequías, hijo de Quenaana, y golpeó a Micaías en la mejilla y dijo: "¿Cómo es que el Espíritu del SEÑOR pasó de mí para hablarte a ti?" (1 Reyes 22:24)
Y Sedequías, hijo de Quenaana, se había hecho unos cuernos de hierro y decía: "Así dice el SEÑOR: 'Con éstos acornearás a los Arameos hasta acabarlos.'" (1 Reyes 22:11)