Nueva Biblia Latinoamericana
Y sucederá que la nación o el reino que no sirva a Nabucodonosor, rey de Babilonia, y que no ponga su cuello bajo el yugo del rey de Babilonia, a esa nación castigaré con espada, con hambre y con pestilencia," declara el SEÑOR, "hasta que Yo la haya destruido por su mano. (Jeremías 27:8)
Ustedes, pues, no escuchen a sus profetas, a sus adivinos, a sus soñadores, a sus agoreros ni a sus hechiceros que les dicen: 'No servirán al rey de Babilonia.' (Jeremías 27:9)
Porque ellos les profetizan mentira, para alejarlos a ustedes de su tierra, y para que Yo los expulse y perezcan. (Jeremías 27:10)
Pero la nación que ponga su cuello bajo el yugo del rey de Babilonia y le sirva, la dejaré en su tierra," declara el SEÑOR "y la cultivará y habitará en ella."'"
Y a Sedequías, rey de Judá, hablé palabras como éstas: "Pongan su cuello bajo el yugo del rey de Babilonia, y sírvanle a él y a su pueblo, y vivirán. (Jeremías 27:12)
¿Por qué han de morir, tú y tu pueblo, por la espada, el hambre y la pestilencia, tal como ha hablado el SEÑOR de la nación que no sirva al rey de Babilonia? (Jeremías 27:13)
No escuchen las palabras de los profetas que les dicen: 'No servirán al rey de Babilonia,' porque les profetizan mentira. (Jeremías 27:14)

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Jeremías 27:11 - Referencia Cruzada

Así me ha dicho el SEÑOR: "Hazte coyundas y yugos y póntelos al cuello, (Jeremías 27:2)
Y sucederá que la nación o el reino que no sirva a Nabucodonosor, rey de Babilonia, y que no ponga su cuello bajo el yugo del rey de Babilonia, a esa nación castigaré con espada, con hambre y con pestilencia," declara el SEÑOR, "hasta que Yo la haya destruido por su mano. (Jeremías 27:8)
Así dice el SEÑOR: 'El que se quede en esta ciudad morirá a espada, de hambre o de pestilencia, pero el que se pase a los Caldeos, vivirá y tendrá su vida por botín y seguirá viviendo.' (Jeremías 38:2)
Y a Sedequías, rey de Judá, hablé palabras como éstas: "Pongan su cuello bajo el yugo del rey de Babilonia, y sírvanle a él y a su pueblo, y vivirán. (Jeremías 27:12)
El que se quede en esta ciudad morirá a espada, de hambre y de pestilencia; pero el que salga y se entregue a los Caldeos que los sitian, vivirá, y tendrá su propia vida como botín. (Jeremías 21:9)
Entonces Gedalías, hijo de Ahicam, hijo de Safán, les juró a ellos y a sus hombres: "No teman servir a los Caldeos; quédense en la tierra y sirvan al rey de Babilonia, y les irá bien. (Jeremías 40:9)
Si se quedan en esta tierra, entonces los edificaré y no los derribaré, los plantaré y no los arrancaré, porque estoy arrepentido del mal que les he hecho. (Jeremías 42:10)