Nueva Biblia Latinoamericana
¿Hasta cuándo? ¿Qué hay en los corazones de los profetas que profetizan la mentira, de los profetas que proclaman el engaño de su corazón, (Jeremías 23:26)
que tratan de que Mi pueblo se olvide de Mi nombre con los sueños que se cuentan unos a otros, tal como sus padres olvidaron Mi nombre a causa de Baal? (Jeremías 23:27)
El profeta que tenga un sueño, que cuente su sueño, pero el que tenga Mi palabra, que hable Mi palabra con fidelidad. ¿Qué tiene que ver la paja con el grano?" declara el SEÑOR. (Jeremías 23:28)
¿No es Mi palabra como fuego," declara el SEÑOR, "y como martillo que despedaza la roca?"
Por tanto, estoy contra los profetas," declara el SEÑOR, "que se roban Mis palabras el uno al otro. (Jeremías 23:30)
Estoy contra los profetas," declara el SEÑOR, "que usan sus lenguas y dicen: 'El SEÑOR declara.' (Jeremías 23:31)
Estoy contra los que profetizan sueños falsos," declara el SEÑOR, "y los cuentan y hacen errar a Mi pueblo con sus mentiras y sus presunciones, cuando Yo no los envié ni les di órdenes, ni son de provecho alguno para este pueblo," declara el SEÑOR. (Jeremías 23:32)

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Jeremías 23:29 - Referencia Cruzada

Pero si digo: "No Lo recordaré Ni hablaré más en Su nombre," Esto se convierte dentro de mí como fuego ardiente Encerrado en mis huesos. Hago esfuerzos por contenerlo , Y no puedo. (Jeremías 20:9)
Por tanto, así dice el SEÑOR, Dios de los ejércitos: "Por cuanto han hablado esta palabra, Yo pongo Mis palabras en tu boca por fuego Y a este pueblo por leña, y los consumirá. (Jeremías 5:14)
Para unos, olor de muerte para muerte, y para otros, olor de vida para vida. Y para estas cosas ¿quién está capacitado? (¿quién es suficiente?) (2 Corintios 2:16)
Y se dijeron el uno al otro: "¿No ardía nuestro corazón dentro de nosotros mientras nos hablaba en el camino, cuando nos abría las Escrituras?" (Lucas 24:32)
Al oír esto, conmovidos profundamente, dijeron a Pedro y a los demás apóstoles: "Hermanos, ¿qué haremos?" (Hechos 2:37)
Se les aparecieron lenguas como de fuego que, repartiéndose, se posaron sobre cada uno de ellos. (Hechos 2:3)
Si alguien quiere hacerles daño, de su boca sale fuego y devora a sus enemigos. Así debe morir cualquiera que quisiera hacerles daño. (Apocalipsis 11:5)
Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que cualquier espada de dos filos. Penetra hasta la división del alma y del espíritu, de las coyunturas y los tuétanos, y es poderosa para discernir (juzgar) los pensamientos y las intenciones del corazón. (Hebreos 4:12)
El Espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que Yo les he hablado son espíritu y son vida. (Juan 6:63)
Porque las armas de nuestra contienda no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas; (2 Corintios 10:4)