Nueva Biblia Latinoamericana
Entonces Faraón llamó a Moisés y a Aarón aún de noche, y dijo: "Levántense y salgan de entre mi pueblo, ustedes y los Israelitas. Vayan y adoren (sirvan) al SEÑOR, como han dicho. (Éxodo 12:31)
Tomen también sus ovejas y sus vacas, como han dicho, y váyanse, y bendíganme también a mí." (Éxodo 12:32)
Y los Egipcios apremiaban al pueblo, dándose prisa en echarlos de la tierra, porque decían: "Todos seremos muertos." (Éxodo 12:33)
Tomó, pues, el pueblo la masa, antes que fuera leudada, en sus artesas de amasar envueltas en paños, y se las llevaron sobre sus hombros.
Los Israelitas hicieron según las instrucciones (las palabras) de Moisés, pues pidieron a los Egipcios objetos de plata, objetos de oro y ropa. (Éxodo 12:35)
Y el SEÑOR hizo que el pueblo se ganara el favor de los Egipcios, que les concedieron lo que pedían. Así despojaron a los Egipcios. (Éxodo 12:36)
Los Israelitas salieron de Ramsés hacia Sucot, unos 600,000 hombres de a pie, sin contar los niños. (Éxodo 12:37)

Otras publicaciones relacionadas con "Éxodo 12:34":

Dr. Roberto Miranda
Buena semilla, pero mala tierra
El Capítulo 13 de Números relata la historia de los hebreos que se preparan para entrar en la Tierra Prometida, pero la primera generación de hebreos no pudo entrar debido a su incredulidad y falta de fe. Solo Caleb y Josué, quienes le creyeron a Dios, alcanzaron la bendición. Este artículo nos exhorta a convertirnos en tierra fértil para recibir las semillas de bendición que Dios quiere plantar en nosotros.


Claudio Yeme
Obediencia, intercesión y confianza en Dios
El autor habla sobre las armas espirituales que todo creyente tiene a su alcance para luchar en el espíritu y enfatiza la importancia de la obediencia a la palabra de Dios, el poder de la oración de intercesión y la confianza que el creyente puede tener en la palabra de Dios. Utiliza la historia de Moisés y la salida de Israel de Egipto como ejemplo para enseñar 3 verdades.


Éxodo 12:34 - Referencia Cruzada

El Nilo se llenará de ranas, que subirán y entrarán en tu casa, en tu alcoba y sobre tu cama, en las casas de tus siervos y en tu pueblo, en tus hornos y en tus artesas. (Éxodo 8:3)