Nueva Biblia Latinoamericana
esta es la palabra que el SEÑOR ha hablado contra él: "Te ha despreciado y se ha burlado de ti La virgen hija de Sion; Ha movido la cabeza a tus espaldas La hija de Jerusalén. (Isaías 37:22)
¿A quién has injuriado y blasfemado? ¿Y contra quién has alzado la voz Y levantado con orgullo tus ojos? ¡Contra el Santo de Israel! (Isaías 37:23)
Por mano de tus siervos has injuriado al Señor, Y has dicho: 'Con mis numerosos carros Yo subí a las cumbres de los montes, A las partes más lejanas del Líbano, Y corté sus altos cedros y sus mejores cipreses. Iré a su más alta cima, a su más frondoso bosque. (Isaías 37:24)
Yo cavé pozos y bebí aguas, Y sequé con la planta de mis pies Todos los ríos de Egipto.'
¿No has oído? Hace mucho tiempo que lo hice, Desde la antigüedad lo había planeado. Ahora he hecho que suceda, Para que conviertas las ciudades fortificadas En montones de ruinas. (Isaías 37:26)
Sus habitantes, faltos de fuerzas, Fueron desalentados y humillados. Vinieron a ser como la vegetación del campo Y como la hierba verde, Como la hierba en los techos que se quema Antes de que haya crecido. (Isaías 37:27)
Pero conozco tu sentarte, Tu salir y tu entrar, Y tu furor contra Mí. (Isaías 37:28)

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Isaías 37:25 - Referencia Cruzada

Por mano de tus mensajeros has injuriado al Señor, Y has dicho: "Con mis numerosos carros Subí a las cumbres de los montes, A las partes más remotas del Líbano; Corté sus altos cedros y sus mejores cipreses, Y entré en su morada más lejana, en su más frondoso bosque. (2 Reyes 19:23)
Pero el Rabsaces dijo: "¿Acaso me ha enviado mi señor para hablar estas palabras sólo a tu señor y a ti, y no a los hombres que están sentados en la muralla, condenados a comer sus propios excrementos y a beber su propia orina con ustedes?" (Isaías 36:12)
Porque la tierra a la cual entras para poseerla, no es como la tierra de Egipto de donde ustedes vinieron, donde sembrabas tu semilla, y la regabas con el pie como una huerta de hortalizas, (Deuteronomio 11:10)
Y Ben Adad envió a decirle: "Así me hagan los dioses y aun me añadan, si el polvo de Samaria bastará para llenar las manos de todo el pueblo que me sigue." (1 Reyes 20:10)