Nueva Biblia Latinoamericana
¿Quién puede decir: "Yo he limpiado mi corazón, Limpio estoy de mi pecado"? (Proverbios 20:9)
Pesas desiguales y medidas desiguales, Ambas cosas son abominables al SEÑOR. (Proverbios 20:10)
Aun por sus hechos un muchacho se da a conocer Si su conducta es pura y recta. (Proverbios 20:11)
El oído que oye y el ojo que ve, Ambos los ha hecho el SEÑOR.
No ames el sueño, no sea que te empobrezcas; Abre tus ojos y te saciarás de pan. (Proverbios 20:13)
Malo, malo," dice el comprador, Pero cuando se marcha, entonces se jacta. (Proverbios 20:14)
Hay oro y abundancia de joyas, Pero cosa más preciosa son los labios con conocimiento. (Proverbios 20:15)

Otras publicaciones relacionadas con "Proverbios 20:12":

Omar Soto
Examíname, oh Dios, y pruébame
El predicador habla sobre la importancia de examinar nuestro corazón y dejar que Dios lo pruebe y lo conozca, así como retener lo bueno y desechar lo malo. También destaca la oportunidad que cada tentación ofrece para hacer el bien y concluye con una oración por la guía divina.


Dr. Roberto Miranda
Desechar toda inmundicia y todo resto de malicia
En esta meditación, el pastor habla sobre la importancia de la santidad en la vida cristiana y cómo alcanzarla a través de renunciar al pecado y recibir la Palabra de Dios.


Proverbios 20:12 - Referencia Cruzada

El que hizo el oído, ¿acaso no oye? El que dio forma al ojo, ¿acaso no ve? (Salmos 94:9)
pido que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, les dé espíritu de sabiduría y de revelación en un mejor (verdadero) conocimiento de El. (Efesios 1:17)
Por eso les hablo en parábolas; porque viendo no ven, y oyendo no oyen ni entienden. (Mateo 13:13)
Abre mis ojos, para que vea Las maravillas de Tu ley. (Salmos 119:18)
para que les abras sus ojos a fin de que se conviertan de las tinieblas a la luz, y del dominio de Satanás a Dios, para que reciban, por la fe en Mí, el perdón de pecados y herencia entre los que han sido santificados.' (Hechos 26:18)
Y el SEÑOR le dijo: "¿Quién ha hecho la boca del hombre? ¿O quién hace al hombre mudo o sordo, con vista o ciego? ¿No soy Yo, el SEÑOR? (Éxodo 4:11)