Nueva Biblia Latinoamericana
No se desprecia al ladrón si roba Para saciarse cuando tiene hambre; (Proverbios 6:30)
Pero cuando es sorprendido, debe pagar siete veces; Tiene que dar todos los bienes de su casa. (Proverbios 6:31)
El que comete adulterio no tiene entendimiento; El que lo hace destruye su alma. (Proverbios 6:32)
Heridas y vergüenza hallará, Y su afrenta no se borrará.
Porque los celos enfurecen al hombre, Y no perdonará en el día de la venganza. (Proverbios 6:34)
No aceptará ningún rescate, Ni se dará por satisfecho aunque le des muchos presentes. (Proverbios 6:35)
Hijo mío, guarda mis palabras Y atesora mis mandamientos contigo. (Proverbios 7:1)

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Proverbios 6:33 - Referencia Cruzada

Salmo de David. Para conmemorar. SEÑOR, no me reprendas en Tu enojo, Ni me castigues en Tu furor. (Salmos 38:1)
Hazme oír gozo y alegría, Haz que se regocijen los huesos que has quebrantado. (Salmos 51:8)
No sea que des tu vigor a otros Y tus años al cruel; (Proverbios 5:9)
¿No pecó por esto Salomón, rey de Israel? Sin embargo, entre tantas naciones no hubo rey como él, y era amado por su Dios, y Dios le había hecho rey sobre todo Israel; pero aún a él le hicieron pecar las mujeres extranjeras. (Nehemías 13:26)
Porque David había hecho lo recto ante los ojos del SEÑOR, y no se había apartado de nada de lo que El le había ordenado durante todos los días de su vida, excepto en el caso de Urías el Hitita. (1 Reyes 15:5)
Para el director del coro. Salmo de David, cuando después que se llegó a Betsabé, el profeta Natán lo visitó. Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a Tu misericordia; Conforme a lo inmenso de Tu compasión, borra mis transgresiones. (Salmos 51:1)
Isaí fue padre del rey David. Y David fue padre de Salomón, cuya madre Betsabé había sido mujer de Urías. (Mateo 1:6)
Y ella lo hizo dormir sobre sus rodillas, y mandó llamar a un hombre que le rasuró las siete trenzas de su cabellera. Luego ella comenzó a afligirlo y su fuerza lo dejó. (Jueces 16:19)
Incontrolable como el agua, no tendrás preeminencia, Porque subiste a la cama de tu padre, Y la profanaste: él subió a mi lecho. (Génesis 49:4)