Nueva Biblia Latinoamericana
No estaba oculto de Ti mi cuerpo, Cuando en secreto fui formado, Y entretejido en las profundidades de la tierra. (Salmos 139:15)
Tus ojos vieron mi embrión, Y en Tu libro se escribieron todos Los días que me fueron dados, Cuando no existía ni uno solo de ellos. (Salmos 139:16)
¡Cuán preciosos también son para mí, oh Dios, Tus pensamientos! ¡Cuán inmensa es la suma de ellos! (Salmos 139:17)
Si los contara, serían más que la arena; Al despertar aún estoy contigo.
¡Oh Dios, si Tú hicieras morir al impío! Por tanto, apártense de mí, hombres sanguinarios. (Salmos 139:19)
Porque hablan contra Ti perversamente, Y Tus enemigos toman Tu nombre en vano. (Salmos 139:20)
¿No odio a los que Te aborrecen, SEÑOR? ¿Y no me repugnan los que se levantan contra Ti? (Salmos 139:21)

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Salmos 139:18 - Referencia Cruzada

Muchas son, SEÑOR, Dios mío, las maravillas que Tú has hecho, Y muchos Tus designios para con nosotros; Nadie hay que se compare contigo; Si los anunciara, y hablara de ellos, No podrían ser enumerados. (Salmos 40:5)
Tus muertos vivirán, Sus cadáveres se levantarán. ¡Moradores del polvo, despierten y den gritos de júbilo!, Porque tu rocío es como el rocío del alba, Y la tierra dará a luz a los espíritus. (Isaías 26:19)
Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra despertarán, unos para la vida eterna, y otros para la ignominia, para el desprecio eterno. (Daniel 12:2)
Yo me acosté y me dormí; Desperté, pues el SEÑOR me sostiene. (Salmos 3:5)
Al SEÑOR he puesto continuamente delante de mí; Porque está a mi diestra, permaneceré firme. (Salmos 16:8)
En cuanto a mí, en justicia contemplaré Tu rostro; Al despertar, me saciaré cuando contemple Tu semblante. (Salmos 17:15)
Tú escudriñas mi senda y mi descanso, Y conoces bien todos mis caminos. (Salmos 139:3)
que murió por nosotros, para que ya sea que estemos despiertos o dormidos, vivamos junto con El. (1 Tesalonicenses 5:10)
Cuando en mi lecho me acuerdo de Ti, En Ti medito durante las vigilias de la noche. (Salmos 63:6)
Porque me rodean males sin número; Mis iniquidades me han alcanzado, y no puedo ver; Son más numerosas que los cabellos de mi cabeza, Y el corazón me falla. (Salmos 40:12)