Nueva Biblia Latinoamericana
Mi celo me ha consumido, Porque mis adversarios han olvidado Tus palabras. (Salmos 119:139)
Es muy pura Tu palabra, Y Tu siervo la ama. (Salmos 119:140)
Pequeño soy, y despreciado, Pero no me olvido de Tus preceptos. (Salmos 119:141)
Tu justicia es justicia eterna, Y Tu ley verdad.
Angustia y aflicción han venido sobre mí, Pero Tus mandamientos son mi deleite. (Salmos 119:143)
Tus testimonios son justos para siempre; Dame entendimiento para que yo viva. (Salmos 119:144)
Cof. He clamado con todo mi corazón; ¡respóndeme, SEÑOR! Guardaré Tus estatutos. (Salmos 119:145)

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Salmos 119:142 - Referencia Cruzada

Tú estás cerca, SEÑOR, Y todos Tus mandamientos son verdad. (Salmos 119:151)
Tus testimonios son justos para siempre; Dame entendimiento para que yo viva. (Salmos 119:144)
Tu justicia es como los montes de Dios; Tus juicios son como profundo abismo. Tú preservas, oh SEÑOR, al hombre y al animal. (Salmos 36:6)
Alcen los ojos a los cielos, Y miren la tierra abajo. Porque los cielos como humo se desvanecerán, Y la tierra como un vestido se gastará. Sus habitantes como mosquitos morirán, Pero Mi salvación será para siempre, Y Mi justicia no disminuirá. (Isaías 51:6)
Porque después de todo, es justo delante de Dios que El pague con aflicción a quienes los afligen a ustedes. (2 Tesalonicenses 1:6)
Santifícalos en la verdad; Tu palabra es verdad. (Juan 17:17)
El temor del SEÑOR es limpio, que permanece para siempre; Los juicios del SEÑOR son verdaderos, todos ellos justos; (Salmos 19:9)
Setenta semanas han sido decretadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para poner fin a la transgresión, para terminar con el pecado, para expiar la iniquidad, para traer justicia eterna, para sellar la visión y la profecía, y para ungir el lugar santísimo. (Daniel 9:24)
Porque como a vestido se los comerá la polilla, Y como a lana se los comerá la larva. Pero Mi justicia durará para siempre, Y Mi salvación por todas las generaciones." (Isaías 51:8)
Si en verdad Lo oyeron y han sido enseñados en El, conforme a la verdad que hay en Jesús, (Efesios 4:21)