Nueva Biblia Latinoamericana
Destruyó sus viñas con granizo, Y sus sicómoros con escarcha. (Salmos 78:47)
Entregó también al granizo sus ganados, Y sus rebaños a los rayos. (Salmos 78:48)
Envió sobre ellos el ardor de Su ira, Furia, indignación y angustia, Un ejército de ángeles destructores. (Salmos 78:49)
Preparó senda para Su ira; No libró sus almas de la muerte, Sino que entregó sus vidas a la plaga,
E hirió a todos los primogénitos en Egipto, Las primicias de su virilidad en las tiendas de Cam. (Salmos 78:51)
Pero a Su pueblo lo sacó como a ovejas, Como a rebaño los condujo en el desierto; (Salmos 78:52)
Los guió con seguridad, de modo que no temieron, Pero el mar se tragó a sus enemigos. (Salmos 78:53)

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Salmos 78:50 - Referencia Cruzada

Mi ojo no tendrá piedad ni Yo perdonaré. Te pagaré conforme a tus caminos, y tus abominaciones quedarán en medio de ti; y sabrán que soy Yo, el SEÑOR, el que hiere. (Ezequiel 7:9)
Por tanto, ciertamente Yo obraré con furor. Mi ojo no tendrá piedad, ni Yo perdonaré; y aunque griten a Mis oídos con gran voz, no los escucharé." (Ezequiel 8:18)
Mi ojo no tendrá piedad de ti ni Yo te perdonaré; sino que te pagaré conforme a tus caminos, y tus abominaciones en medio de ti quedarán; y sabrán que Yo soy el SEÑOR."' (Ezequiel 7:4)
entonces la mano del SEÑOR vendrá con gravísima pestilencia sobre tus ganados que están en el campo: sobre los caballos, sobre los asnos, sobre los camellos, sobre las vacas y sobre las ovejas. (Éxodo 9:3)
El que no negó ni a Su propio Hijo, sino que Lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también junto con El todas las cosas? (Romanos 8:32)
Por tanto, ¡vivo Yo!,' declara el Señor DIOS, 'que por haber profanado Mi santuario con todos tus ídolos detestables y con todas tus abominaciones, Yo me retiraré, Mi ojo no tendrá piedad y tampoco perdonaré. (Ezequiel 5:11)
Sin compasión se arrojará contra él; Ciertamente él tratará de huir de su poder. (Job 27:22)
Pero en cuanto a Mí, tampoco Mi ojo tendrá piedad, ni Yo perdonaré, sino que haré recaer su conducta sobre sus cabezas." (Ezequiel 9:10)
Porque Dios no perdonó a los ángeles cuando pecaron, sino que los arrojó al infierno y los entregó a fosos de tinieblas, reservados para juicio. (2 Pedro 2:4)