Nueva Biblia Latinoamericana
Abre en mí brecha tras brecha; Me ataca como un guerrero. (Job 16:14)
Sobre mi piel he cosido cilicio, Y he hundido en el polvo mi poder (mi cuerno). (Job 16:15)
Mi rostro está enrojecido por el llanto, Y cubren mis párpados densa oscuridad, (Job 16:16)
Aunque no hay violencia en mis manos, Y es pura mi oración.
¡Oh tierra, no cubras mi sangre, Y no deje de haber lugar para mi clamor! (Job 16:18)
Aun ahora mi testigo está en el cielo, Y mi defensor está en las alturas. (Job 16:19)
Mis amigos son mis escarnecedores; Mis ojos lloran a Dios. (Job 16:20)

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Job 16:17 - Referencia Cruzada

Si tú buscaras a Dios E imploraras la misericordia del Todopoderoso, (Job 8:5)
Porque estéril es la compañía de los impíos, Y el fuego consume las tiendas del corrupto. (Job 15:34)
Todo esto nos ha sobrevenido, pero no nos hemos olvidado de Ti, Ni hemos faltado a Tu pacto. (Salmos 44:17)
Me aferraré a mi justicia y no la soltaré. Mi corazón no reprocha ninguno de mis días. (Job 27:6)
Si en tu mano hay iniquidad y la alejas de ti Y no permites que la maldad more en tus tiendas, (Job 11:14)
Por tanto, quiero que en todo lugar los hombres oren levantando manos santas, sin ira ni discusiones. (1 Timoteo 2:8)
Si observo iniquidad en mi corazón, El Señor no me escuchará. (Salmos 66:18)
Oh SEÑOR, Dios mío, si yo he hecho esto, Si hay en mis manos injusticia, (Salmos 7:3)
El sacrificio de los impíos es abominación al SEÑOR, Pero la oración de los rectos es Su deleite. (Proverbios 15:8)
Yo conozco los pensamientos de ustedes, Y los designios con los cuales me dañarían. (Job 21:27)
Hice un pacto con mis ojos, ¿Cómo podía entonces mirar a una virgen? (Job 31:1)
Todos sus días el impío se retuerce de dolor, Y contados están los años reservados para el tirano. (Job 15:20)
¿No es grande tu maldad, Y sin fin tus iniquidades? (Job 22:5)
Sus telas no servirán de vestidos, Ni se cubrirán con lo que hacen. Sus obras son obras de iniquidad, Y actos de violencia hay en sus manos. (Isaías 59:6)
Cúbranse de cilicio hombres y animales, y clamen a Dios con fuerza, y vuélvase cada uno de su mal camino y de la violencia que hay en sus manos. (Jonás 3:8)
Porque yo libraba al pobre que clamaba, Y al huérfano que no tenía quien lo ayudara. (Job 29:12)