Nueva Biblia Latinoamericana
y entonces vino un gran viento del otro lado del desierto y azotó las cuatro esquinas de la casa, y ésta cayó sobre los jóvenes y murieron; sólo yo escapé para contárselo a usted." (Job 1:19)
Entonces Job se levantó, rasgó su manto, se rasuró la cabeza, y postrándose en tierra, adoró, (Job 1:20)
y dijo: "Desnudo salí del vientre de mi madre Y desnudo volveré allá. El SEÑOR dio y el SEÑOR quitó; Bendito sea el nombre del SEÑOR." (Job 1:21)
En todo esto Job no pecó ni culpó a Dios.
Y sucedió que el día cuando los hijos de Dios vinieron a presentarse delante del SEÑOR, vino también Satanás (el adversario) entre ellos para presentarse delante del SEÑOR. (Job 2:1)
Y el SEÑOR preguntó a Satanás: "¿De dónde vienes?" Entonces Satanás respondió al SEÑOR: "De recorrer la tierra y de andar por ella." (Job 2:2)
Y el SEÑOR dijo a Satanás: "¿Te has fijado en Mi siervo Job? Porque no hay otro como él sobre la tierra; es un hombre intachable (íntegro), recto, temeroso de Dios y apartado del mal. El todavía conserva su integridad a pesar de que tú me incitaste contra él para que lo arruinara sin causa." (Job 2:3)

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Job 1:22 - Referencia Cruzada

Por tanto, escúchenme, hombres de entendimiento. Lejos esté de Dios la iniquidad, Y del Todopoderoso (Shaddai) la maldad. (Job 34:10)
Que dice a un rey: 'Indigno,' A los nobles: 'Perversos'; (Job 34:18)
para que la prueba de la fe de ustedes, más preciosa que el oro que perece, aunque probado por fuego, sea hallada que resulta en alabanza, gloria y honor en la revelación de Jesucristo; (1 Pedro 1:7)
Bienaventurado el hombre que persevera bajo la prueba, porque una vez que ha sido aprobado (ha pasado la prueba), recibirá la corona de la vida que el Señor ha prometido a los que Lo aman. (Santiago 1:12)
Al contrario, ¿quién eres tú, oh hombre, que le contestas a Dios? ¿Dirá acaso el objeto modelado al que lo modela: "Por qué me hiciste así?" (Romanos 9:20)
y que la paciencia tenga su perfecto resultado, para que sean perfectos y completos, sin que nada les falte. (Santiago 1:4)
Yo soy insignificante; ¿qué puedo yo responderte? Mi mano pongo sobre la boca. (Job 40:4)
Pero él le dijo: "Hablas como habla cualquier mujer necia. ¿Aceptaremos el bien de Dios pero no aceptaremos el mal?" En todo esto Job no pecó con sus labios. (Job 2:10)