Nueva Biblia Latinoamericana
Cuando los Israelitas huyeron delante de Judá, Dios los entregó en sus manos. (2 Crónicas 13:16)
Abías y su gente los derrotaron con una gran matanza, y cayeron muertos 500,000 hombres escogidos de Israel. (2 Crónicas 13:17)
Así fueron humillados los Israelitas en aquel tiempo, y los hijos de Judá prevalecieron porque se apoyaron en el SEÑOR, Dios de sus padres. (2 Crónicas 13:18)
Abías persiguió a Jeroboam, y le tomó varias ciudades: Betel (Casa de Dios) con sus aldeas, Jesana con sus aldeas y Efraín con sus aldeas.
Jeroboam no volvió a recuperar poder en los días de Abías; y el SEÑOR lo hirió y murió. (2 Crónicas 13:20)
Abías se hizo poderoso. Tomó para sí catorce mujeres, y tuvo veintidós hijos y dieciséis hijas. (2 Crónicas 13:21)
Los demás hechos de Abías, y sus caminos y sus palabras están escritos en la historia del profeta Iddo. (2 Crónicas 13:22)

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2 Crónicas 13:19 - Referencia Cruzada

Cuando Asa oyó estas palabras y la profecía del profeta Azarías, hijo de Oded, se animó y quitó los ídolos abominables de toda la tierra de Judá y de Benjamín, y de las ciudades que había conquistado en la región montañosa de Efraín. También restauró el altar del SEÑOR que estaba delante del pórtico del SEÑOR. (2 Crónicas 15:8)
La conquistaron, con su rey y todas sus ciudades, hiriéndolas a filo de espada. Destruyeron por completo a todas las personas que había en ella. Josué no dejó sobreviviente alguno. Como había hecho con Hebrón, y como había hecho también con Libna y su rey, así hizo con Debir y su rey. (Josué 10:39)
Josué capturó todas las ciudades de estos reyes, y a todos sus reyes. Los hirió a filo de espada y los destruyó por completo, tal como Moisés, siervo del SEÑOR, había ordenado. (Josué 11:12)
Cuando los hombres de Israel que estaban al otro lado del valle, con los que estaban más allá del Jordán, vieron que los hombres de Israel habían huido y que Saúl y sus hijos habían muerto, abandonaron las ciudades y huyeron. Entonces vinieron los Filisteos y habitaron en ellas. (1 Samuel 31:7)
Desde la cumbre del monte el límite doblaba hacia la fuente de las aguas de Neftoa, y seguía hasta las ciudades del Monte Efrón, girando hacia Baala, es decir, Quiriat Jearim. (Josué 15:9)
pero ustedes no se queden ahí. Persigan a sus enemigos y atáquenlos por la retaguardia. No les permitan entrar en sus ciudades, porque el SEÑOR, Dios de ustedes, los ha entregado en sus manos." (Josué 10:19)
Por eso Jesús ya no andaba públicamente entre los Judíos, sino que se fue de allí a la región cerca del desierto, a una ciudad llamada Efraín; y se quedó allí con los discípulos. (Juan 11:54)