Nueva Biblia Latinoamericana
Amón tenía veintidós años cuando comenzó a reinar, y reinó dos años en Jerusalén. El nombre de su madre era Mesulemet, hija de Haruz, de Jotba. (2 Reyes 21:19)
Hizo lo malo ante los ojos del SEÑOR, como había hecho su padre Manasés. (2 Reyes 21:20)
Pues anduvo en todo el camino en que su padre había andado, sirvió a los ídolos a los que su padre había servido y los adoró. (2 Reyes 21:21)
Abandonó al SEÑOR, el Dios de sus padres, y no anduvo en el camino del SEÑOR.
Y conspiraron contra él los siervos de Amón y mataron al rey en su casa. (2 Reyes 21:23)
Pero el pueblo de la tierra mató a todos los que habían conspirado contra el rey Amón, y en su lugar el pueblo de la tierra hizo rey a su hijo Josías. (2 Reyes 21:24)
Los demás hechos que Amón hizo, ¿no están escritos en el Libro de las Crónicas de los reyes de Judá? (2 Reyes 21:25)

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2 Reyes 21:22 - Referencia Cruzada

Por cuanto Me han abandonado y han quemado incienso a otros dioses para provocarme a ira con toda la obra de sus manos, por tanto Mi ira arde contra este lugar y no se apagará."' (2 Reyes 22:17)
Pero Jesurún (Israel) engordó y dio coces (has engordado, estás cebado y rollizo); Entonces abandonó a Dios que lo hizo, Y despreció a la Roca de su salvación. (Deuteronomio 32:15)
porque Me han abandonado, y han adorado a Astoret, diosa de los Sidonios, a Quemos, dios de los Moabitas, y a Milcom, dios de los Amonitas, y no han andado en Mis caminos, para hacer lo recto delante de Mis ojos y guardar Mis estatutos y Mis ordenanzas, como lo hizo su padre David. (1 Reyes 11:33)
Los que confían en ídolos vanos Su propia misericordia abandonan. (Jonás 2:8)
Porque dos males ha hecho Mi pueblo: Me han abandonado a Mí, Fuente de aguas vivas, Y han cavado para sí cisternas, Cisternas agrietadas que no retienen el agua. (Jeremías 2:13)
En cuanto a ti, Salomón, hijo mío, reconoce al Dios de tu padre, y sírvele de todo corazón y con ánimo dispuesto; porque el SEÑOR escudriña todos los corazones, y entiende todo intento de los pensamientos. Si Lo buscas, El te dejará que Lo encuentres; pero si Lo abandonas, El te rechazará para siempre. (1 Crónicas 28:9)