Vivir en tiempos de crisis
Dr. Roberto Miranda
(Audio: Español)
RESUMEN: El pasaje de la sunamita en el Libro de Segundo de Reyes es una enseñanza sobre la importancia de vivir en comunidad y tener buenas relaciones con los hermanos de la iglesia y la familia. La sunamita representa la pasión y la preocupación por las cosas de Dios, mientras que su esposo representa la dejadez y la mediocridad espiritual. Los padres deben preocuparse por sus hijos y darles el cariño paternal necesario. El niño de la sunamita, que fue dado por Dios, muere, lo que muestra que la vida cristiana no está exenta de pruebas y dificultades. En esos momentos, se debe permanecer pegado a la promesa de Dios y buscar fortalecerla en la vida.
La vida cristiana incluye aflicciones y pruebas porque vivimos en un mundo siniestro y hay una hueste maligna que quiere robar, matar y destruir. Es importante estar preparados para confrontar al enemigo con toda la armadura de Dios, llenos del poder del Espíritu Santo y aprovisionados con la provisión de Dios. Cuando viene la prueba, es importante mantenerse firme en lo que Dios ha prometido y usar los tiempos de prosperidad para llenarse de la provisión de Dios. La historia de la mujer sunamita es un ejemplo de cómo invertir en el Señor y estar preparados para los tiempos de crisis.
En esta enseñanza, el pastor habla sobre la importancia de prepararse durante los tiempos de paz y bendición, en vez de solo buscar la intervención divina durante los momentos difíciles. También destaca la importancia de poner nuestros problemas en el territorio divino, confiando en que Dios se encargará de ellos. El pastor enfatiza que la oración es vital en la vida cristiana y puede ser expresada de muchas formas diferentes. Finalmente, declara la paz de Dios sobre la vida de los oyentes, recordándoles que esta paz sobrepasa todo entendimiento.
El mensaje principal del sermón es que cuando enfrentamos problemas en la vida, debemos poner nuestra mirada en Cristo Jesús y enfocarnos en Él. Debemos cultivar el hábito de mirar a Cristo en tiempos de paz para que cuando vengan los tiempos difíciles, tengamos un reflejo natural de enfocar nuestra mirada en Él. Dios quiere un pueblo guerrero y preparado que no se atemorice ante los problemas y que sepa cómo manejarlos poniéndolos en la cama del profeta y enfocando su mirada en Cristo. Para lograr esto, debemos pagar un precio y hacer las disciplinas de un guerrero para obtener la vitalidad, autoridad y discernimiento necesarios para vivir una vida rolliza y vital en el Señor.
La vida cristiana incluye aflicciones y pruebas porque vivimos en un mundo siniestro y hay una hueste maligna que quiere robar, matar y destruir. Es importante estar preparados para confrontar al enemigo con toda la armadura de Dios, llenos del poder del Espíritu Santo y aprovisionados con la provisión de Dios. Cuando viene la prueba, es importante mantenerse firme en lo que Dios ha prometido y usar los tiempos de prosperidad para llenarse de la provisión de Dios. La historia de la mujer sunamita es un ejemplo de cómo invertir en el Señor y estar preparados para los tiempos de crisis.
En esta enseñanza, el pastor habla sobre la importancia de prepararse durante los tiempos de paz y bendición, en vez de solo buscar la intervención divina durante los momentos difíciles. También destaca la importancia de poner nuestros problemas en el territorio divino, confiando en que Dios se encargará de ellos. El pastor enfatiza que la oración es vital en la vida cristiana y puede ser expresada de muchas formas diferentes. Finalmente, declara la paz de Dios sobre la vida de los oyentes, recordándoles que esta paz sobrepasa todo entendimiento.
El mensaje principal del sermón es que cuando enfrentamos problemas en la vida, debemos poner nuestra mirada en Cristo Jesús y enfocarnos en Él. Debemos cultivar el hábito de mirar a Cristo en tiempos de paz para que cuando vengan los tiempos difíciles, tengamos un reflejo natural de enfocar nuestra mirada en Él. Dios quiere un pueblo guerrero y preparado que no se atemorice ante los problemas y que sepa cómo manejarlos poniéndolos en la cama del profeta y enfocando su mirada en Cristo. Para lograr esto, debemos pagar un precio y hacer las disciplinas de un guerrero para obtener la vitalidad, autoridad y discernimiento necesarios para vivir una vida rolliza y vital en el Señor.
Vamos a la palabra del Señor en el Libro de Segundo de Reyes en el Capítulo 4. Y vamos a continuar con el tema que iniciamos hace un par de domingos ("Vivir en tiempos de normalidad") que fue el tema basado en la vida de esta mujer maravillosa que le llámanos la sunamita. ¿Por qué la llamamos la sunamita? ¿Alguien me puede decir? Porque vivía ¿dónde, en qué ciudad? Sunem. Digan todos: "Sunem." Y por eso se llamaba la sunamita. Era una ciudad en Israel y allí fue el profeta Eliseo a posar en su casa.
Hace un par de domingos iniciamos ese sermón y el Señor cambió el giro del sermón que yo tenía originalmente. Yo había compartido otra enseñanza basado en ese texto por la mañana; pero ustedes recordarán que el Señor me detuvo allí en ese momento en que cuando Eliseo conmovido por la generosidad de esta mujer que le ha ofrecido un dormitorio en su casa para que cuando él va por sus viajes misioneros y pasa por esa ciudad él se hospede en su casa y tenga allí un lugar tranquilo donde ir y descansar.
Hace un par de domingos iniciamos ese sermón y el Señor cambió el giro del sermón que yo tenía originalmente. Yo había compartido otra enseñanza basado en ese texto por la mañana; pero ustedes recordarán que el Señor me detuvo allí en ese momento en que cuando Eliseo conmovido por la generosidad de esta mujer que le ha ofrecido un dormitorio en su casa para que cuando él va por sus viajes misioneros y pasa por esa ciudad él se hospede en su casa y tenga allí un lugar tranquilo donde ir y descansar.
