Un liderazgo balanceado es competente, además de virtuoso
Dr. Roberto MirandaLos ministerios poderosos no sólo muestran solidez espiritual, sino también prudencia y excelencia administrativa. El siervo o la sierva de Dios balanceado muestra tanto sabiduría como conocimiento específico, pasión por Dios, como capacidad para pensar sistémicamente.
El líder balanceado piensa en términos espirituales, pero también le pone atención a los detalles. Para el líder cristiano competente no es suficiente meramente amar a Dios y vivir una vida piadosa. Obviamente, esto es extremadamente importante. Pero se requiere además que ese amor y esa piedad estén acompañados de sólidas destrezas administrativas, y de un claro entendimiento organizativo. El ser piadosos y amar a Dios apasionadamente no nos exime de ser competentes y disciplinados en todo lo que hacemos.
Los líderes cristianos tenemos que tomar tiempo para reflexionar sobre los aspectos mecánicos y administrativos de nuestros ministerios. Se requiere el estudio sistemático de los aspectos institucionales de nuestras iglesias y ministerios. Tenemos que dominar las destrezas administrativas y la dinámica de liderazgo que atañen a las áreas de servicio en las cuales estamos involucrados. Sólo así nos aseguraremos de dar a luz instituciones y ministerios prósperos y efectivos a largo plazo, que puedan dirigirse a todas las necesidades del pueblo de Dios. Ciertamente, como aconseja el apóstol Pedro, tanto en el área secular como en el servicio cristiano tenemos que mantener un sano balance entre la virtud y el conocimiento (2 Pedro 1:5).