Un hombre de verdad
Dr. Roberto MirandaLa inclinación natural de un hombre emocionalmente saludable es ser tierno y misericordioso. El hombre poseído por un sano sentido de identidad personal por naturaleza es protector y compasivo. Dios nos ha hecho protectores, nos ha hecho defensores de vida. Un hombre que es un depredador, un abusador o un opresor, está viviendo una vida deforme, fuera de su verdadera naturaleza.
El hombre que tiene el corazón de Dios y la masculinidad sana de Dios es un protector de vida. Cubre, defiende, se para enfrente del peligro y provee para los suyos, y los bendice. Se quita la comida de la boca para dársela a su esposa, a sus hijos. Eso es un hombre saludable y masculino. No es el que anda por ahí como un macho padrote sembrando hijos a diestra y siniestra, o imponiendo su masculinidad agresivamente en el seno del hogar. Eso es lo que el mundo nos enseña. Pero el hombre verdaderamente sano es misericordioso y compasivo. Bendice al débil; se tira encima del desamparado para cubrirlo del proyectil que viene. Eso es un hombre sano, y esa es la naturaleza de Jesús.