Todavía hay tiempo para volvernos a Dios
Nancy G. Marquez"'Una Nación Bajo Dios" es el tema escogido en este año para el Día Nacional de Oración que se celebra hoy; pero también es una hermosa frase la cual es parte del juramento a la bandera de los Estados Unidos de América. Este juramento es recitado por los estudiantes en las aulas escolares, al inicio de eventos deportivos, y en otras actividades cívicas. Sin embargo, cuando enmarcamos esta frase "Una Nación Bajo Dios" y la tratamos de ajustar a los acontecimientos que ocurren a diario en nuestro entorno, podríamos decir que no encaja dentro de las circunstancias que permean el ambiente de esta nación. Parece ser que esta nación se ha salido de debajo de la cobertura de Dios y le ha dado la espalda. Esta acción nos ha llevado a tener una tierra enferma y plagada con toda clase de contaminación espiritual que afecta no solo a la generación presente, sino que también se vislumbra dañando las futuras generaciones.
La buena noticia es que todavía hay tiempo para volvernos a Dios. La Biblia dice en 1 Crónicas 7: 14 “Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces, yo oiré desde los cielos, y perdonaré su pecado, y sanaré su tierra”. El futuro de la nación depende del pueblo de Dios, depende de aquellos que hemos conocido que sin Dios nada podemos hacer. Queda de nosotros, doblar nuestras rodillas y postrar nuestro corazón en humillación delante de Dios, para que sane nuestra tierra. Solo la oración rompe cadenas espirituales que mantienen a los pueblos subyugados. Es hora de cambiar al mundo con las rodillas dobladas. La oración efectiva es cuando el corazón de Dios es expresado a través de nuestras palabras. La oración poderosa no es un asunto de saber las palabras correctas, es tener el corazón como un depósito de Dios; abierto a escuchar cada murmullo y hacerlo eco en nuestras oraciones. ¿Cuál es la voluntad de Dios? Que volvamos a El en humillación, El perdonará nuestros pecados, y El sanará nuestra tierra (nación). Nuestra oración activa la voluntad de Dios y libera el poder de Dios para cumplir Su propósito en los pueblos. La oración es el canal a través el cual la voluntad de Dios es traída a la tierra. John Wesley dijo: “Dios no hará nada, a parte de la oración”.
Por la fe creemos que todavía somos “Una Nación Bajo Dios”, entendiendo que por fe vivimos y no por vista. Creyendo que Dios todavía tiene el control. Declarando que el pueblo de Dios se levanta como nunca antes, tomando su posición y parándose en la brecha por la nación. Hoy es un buen día para reflexionar sobre donde están nuestras prioridades al orar. Debemos entender que para una hora como esta hemos llegado a este lugar. Dios ha movilizado al pueblo hispano /latino para hacer la diferencia el lugar que habita. Así como a la Reina Ester, Dios le permitió llegar desde un lugar lejano hasta una tierra extraña para cumplir sus propósitos, así Dios nos ha posicionado para interceder en el momento de la necesidad. Estamos en tiempos de mucha necesidad espiritual y solo nuestra oración de arrepentimiento, humillación y búsqueda de Dios, puede cambiar las circunstancias.
Oremos: Dios y Padre nuestro, venimos delante de ti en humillación para pedirte perdón por nuestros pecados; y por haberte dado la espalda y habernos salido de tu cobertura. Queremos volver a ser la nación que fue fundada sobre principios divinos. Declaramos que el corazón de los líderes de la nación está en tus manos y tú los redarguyes para que se tornen a ti. Oramos por cada área de influencia cultural para que tu Santo Espíritu penetre y traiga los cambios radicales que necesitamos en el gobierno, la familia, los medios de comunicación, el sistema educativo, empresas, etc...Decretamos y declaramos que esta nación se vuelve a ti y se hará realidad lo que declaramos en público “Una Nación Bajo Dios”, con libertad y justicia para todos. En el Nombre de Jesús, nuestro Salvador. Amén.