El lider de carácter (Parte 3)
Dr. Roberto Miranda(: )
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En esta lección, se habla de la importancia del carácter en el liderazgo cristiano y se destacan las seis áreas de carácter (virtudes personales, relaciones con los demás, dominio propio, control del ego, trabajo en equipo y capacidad de ser enseñable) que definen la relación de un líder con sí mismo y con los demás. También se lee un pasaje de la Biblia que enfatiza la importancia de que los líderes sean de un carácter admirable y maduro. Se discuten siete cualidades dentro de la familia de las virtudes, incluyendo la tolerancia de la imperfección, que es clave para el desarrollo de un liderazgo sano y poderoso. Se señala que la tolerancia de la imperfección requiere paciencia y una visión a largo plazo, así como una comprensión del entorno y la capacidad de la gente con la que se trabaja.
En esta sección, se habla de la importancia de la capacidad empática en el liderazgo y cómo esto ayuda a entender y tratar a las personas de manera más efectiva. También se menciona la importancia de mantener convicciones y principios, incluso si esto conlleva un costo a corto plazo, y cómo esto requiere una mentalidad a largo plazo y paciencia con la trayectoria. Se enfatiza la importancia de tener una reserva espiritual y emocional para poder ser paciente y misericordioso al tratar con las personas.
Un líder necesita tener la capacidad de vivir conforme a principios a largo plazo, confiar en sí mismo y su percepción de las cosas, estar dispuesto a pagar el precio, y no ceder a la presión interna o externa. Esta actitud requiere fe en que los principios espirituales funcionan, y que si se aplican, se saldrá adelante. Además, no se deben buscar soluciones fáciles y hay que estar dispuesto a pagar el costo que sea necesario.
En resumen, un líder maduro y con dominio propio es cuidadoso en su habla, habla con precisión y evita la ambigüedad y la manipulación con las palabras. No se deja dominar por las emociones, los temores, las heridas o los apetitos. Además, no cede a la presión interna o externa y opera conforme a convicciones. La persona que tiene dominio propio es confiable en sus declaraciones y no exagera. La credibilidad del líder es esencial, ya que indica si pueden esperar juicios confiables de parte de él o ella o no. Por lo tanto, es importante hablar con claridad y sobriedad para construir la imagen correcta.
En este discurso, el orador habla sobre la importancia del dominio propio en el liderazgo. Se enfoca en tres cualidades específicas: la capacidad para mantener convicciones, el cuidado en el hablar y la lucidez. La lucidez se refiere a la capacidad de verse a uno mismo con objetividad y analizar las interacciones a la luz de principios espirituales y de madurez. También es importante conocer las deformaciones de carácter propias y saber cómo manejarlas en situaciones de liderazgo. El orador enfatiza la importancia de la credibilidad del líder y de crear una imagen a largo plazo a través de las acciones en lugar de las palabras.El carácter y las cualidades de un líder, una líder madura, maduro. Hemos dicho una definición de carácter es las cualidades inherentes que definen nuestra relación con nosotros mismos y con los demás. Hemos dicho que hay 6 áreas de carácter que son como familias de diferentes cualidades que hemos dividido ese tema tan vasto que es el carácter de un líder maduro. Hemos divido esas secciones en virtudes personales, relaciones con los demás, el área del dominio propio, la cuarta área, el control del ego, quinta área, trabajo en equipo y finalmente la capacidad de ser enseñable, que también tiene que ver a veces con esto de aceptar críticas.
Entonces, estas son las áreas que hemos estado discutiendo. Hemos dicho que la Biblia enfatiza mucho la importancia del carácter. La última vez que nos reunimos en sesión yo leí un pasaje de la Escritura donde se señalaba la importancia de que los ancianos, los obispos fuera gente de un carácter admirable, un carácter maduro, y por ejemplo, le puedo dar otra cita más que se encuentra esta vez en Segunda de Timoteo, Capítulo 3 comenzando con el versículo 23 y, es más, podríamos comenzar inclusive en el versículo 21 de Segunda de Timoteo, Capítulo 3, dice: