Testimónio - Vimos Su Gloria
Faustino de Jesús Zamora VargasA las 2:00 pm aproximadamente comenzó la operación del hermano Eddy. En el momento que se abrió cavidad craneana comenzó a complicarse todo ya que el supuesto tumor, al parecer, era un hemangioma que reventó y comenzó a sangrar abundantemente, de manera que el hermano tuvo que ser transfundido repetidamente y se quedó en 2 gr de hemoglobina. Los médicos, incapaces de detener la hemorragia, salieron y hablaron con la familia, dándose por vencidos y con nuestro Pastor el cual cuenta que el médico le apretó fuerte la mano y le dijo - Usted cree, ¿no?... pues rece, porque no contamos con él, solo un milagro puede salvarlo. El médico estaba decepcionado: -nunca había perdido un paciente- manifestó. Muchos hermanos en ese momento estaban reunidos en la iglesia orando, Se activaron los medios de información, cadenas de oración y en pocos minutos el hospital se llenó con los hijos de Dios que se reunieron allí para clamar a Dios por un hermano. A las 5:00 pm aproximadamente llegué del trabajo a mi casa y me dieron la noticia, partí para el hospital y a los pocos minutos de estar allí fue que sacaron al hermano del salón, inconsciente aún, pero estable.
El Dios en el cual confiamos es un Dios de poder. Cuando todo parece perdido, Dios Dice: "confía en mi, yo tengo un propósito y nadie lo puede estorbar, porque yo soy Dios y no hay otro fuera de mi."
El Dios en el cual confiamos es un Dios milagroso. Solo él puede quitar la vida o volverla a dar, porque Él fue quien la creó. Nadie conoce mejor que Él nuestro cuerpo pues somos hechura suya.
El Dios en que confiamos es un Dios misericordioso. Aún cuando en sus planes estuviera permitir que la vida de Eddy se extinguiera, el clamor de su pueblo, unido en oración, sufriendo con los que están sufriendo, humillándose ante Él, es capaz de hacerle cambiar de opinión por amor a sus hijos.
Ayer vimos palpablemente la gloria de Dios. Dios ayer restauró una vida que para los hombres estaba perdida. Dios nos mostró ayer cuan miserables somos y cuan inútil es la sabiduría que no proviene de Él. Ayer, Eddy y su familia, fueron un testimonio de la grandeza de nuestro Padre amoroso. ¡Alabado sea el nombre de Dios sobre toda la tierra!