Conociendo nuestras deformaciones
Dr. Roberto MirandaSe requiere una conciencia muy lúcida de las fuerzas desconocidas que continuamente pugnan dentro de nosotros. El subconsciente humano es un mar sin fondo. De él salen muchas de las acciones que afectan nuestra vida, muchas veces sin que nosotros logremos darnos cuenta.
Tenemos que pedirle al Espíritu Santo una capacidad muy profunda e incisiva para discernir esas fallas estructurales, esos “tendones de Aquiles” de nuestro carácter que, como grietas invisibles corriendo a lo largo de un muro, ponen en peligro nuestra estabilidad y permanencia. Todos tenemos esas fallas. En muchos casos no las podremos eliminar enteramente, y sólo lograremos controlarlas y mantenerlas bajo disciplina a lo largo de nuestra vida.