Buena semilla o cizaña? No te apures a juzgar!
Dr. Roberto Miranda(Audio: Español)
RESUMEN:
En Mateo 13, Jesús cuenta la parábola del trigo y la cizaña. Él dice que Dios siembra buena semilla, que es la Palabra de Dios, pero el enemigo también siembra cizaña, que son elementos negativos en la vida de la Iglesia. A veces es difícil distinguir entre el trigo y la cizaña, y Dios permite que ambos crezcan juntos hasta la siega, cuando se puedan distinguir claramente. Jesús explica que la buena semilla son los hijos del Reino y la cizaña son los hijos del malo. Dios permite que haya elementos negativos en la vida de una Congregación por razones estratégicas, para que la lucha entre lo positivo y lo negativo permita que los atributos de Dios se hagan más claros en la vida de la Congregación.
La existencia de la cizaña en la Iglesia es necesaria para que se definan claramente los valores del Evangelio y para que los hijos de Dios desarrollen el carácter de Jesucristo. Dios usa la adversidad y el sufrimiento para perfeccionar a Sus hijos, y a veces permite situaciones negativas en la Iglesia para que haya una purificación y fortalecimiento de la fe. Es importante no poner la mirada en los hombres o en la Iglesia, sino solamente en Dios. La vida cristiana es un proceso y se necesita tiempo para que la gente se convierta en trigo. A veces, la Iglesia necesita poner disciplina para mantener sus altos valores espirituales y para que haya sanidad y moral en la Iglesia, pero debe hacerlo con amor y misericordia.
La Iglesia debe tener disciplina a veces, pero debe hacerlo con amor y misericordia. El trabajo del Pastor es como el de un cirujano que necesita equilibrar la gracia y la disciplina. La Congregación debe ser tolerante y amorosa, y si alguien comete un error, debe ser restaurado con espíritu de mansedumbre. Debemos sobrellevar las cargas de los demás y mirarnos a nosotros mismos antes de juzgar a los demás. Una Iglesia así será bendecida por Dios.Mateo capítulo 13 versículo 24 en adelante. El domingo pasado yo hablé de la parábola del sembrador, la parábola de las cuatro tierras en las cuales se echa la semilla y cada semilla que es la misma da diferentes resultados, tres negativos y uno positivo dependiendo de la condición de la tierra en la cual cae la semilla.
Y en ese mismo pasaje de Mateo 13 el Señor continuó hablando acerca de parábolas así como de índole agrícola. Usted recuerde que el Señor se movía en una cultura agrícola no urbana como la nuestra y entonces Él usaba muchas imágenes y situaciones de la vida que eran parecidas a las que la gente de su tiempo confrontaba; todo el mundo sabía lo que era tierra, semilla y agricultura entonces estaban más atentos a las verdades espirituales que Él enseñaba a través de esa parábola.