La providencia de Dios en todos los aspectos de nuestras vidas
Samuel CaraballoYa casi era su cumpleaños numero dos. Y entre tantas alegrías y emociones encontradas todavía la pregunta seguía sin respuestas: ¿como compramos los 'trenes de Thomas'? Ese era el regalo que Samuelito quería para su día tan especial. Unos trencitos coloridos tallados en maderas.
En realidad estos juguetitos son bien bonitos. Sin embargo lo bonito no remedia el hecho de que cada “trencito” cuenta casi un ojo de la cara. Los creadores Ingleses de este concepto se las ingeniaron para no perder ni una centésima de su inversión. Para colmo de males, los dibujos animados de “Thomas el Tren” bombardean las bandas televisivas todos los días como tiburones buscando presas fáciles. Y así, día tras día, el pequeño Samuelito a las 11:30 am de la mañana sintonizaba fielmente a sus muñequitos favoritos. No bien acaba el episodio, el niño empleaba el reclamo de la “viuda insistente” de Lucas 18: ¡“Yo quiero los trenes de Thomas”!