Vida plena para gloria de Dios
Faustino de Jesús Zamora VargasPertenezco a una generación en Cuba que creció entre la aparente naturalidad de la humillación dirigida y la osadía de la cancionística insular trovadoresca de los 60, la 'canción protesta, como solían llamarla los entendidos. '… me distraigo, la ciudad se derrumba y yo cantando…' entonaba un conocido cantor de la época con cierta indiferencia
, identidad presuntuosa de los últimos “hippies” a lo cubano de aquellos años en que campeábamos de arriba abajo, con rostros desalmidonados, calzados al estilo de nuestros mambises – combatientes cubanos del tiempo en que Cuba era colonia española- y aires beatlemaníacos que entonaban “…all you need is love”. Era la época de los 60 del pasado siglo, del romanticismo con sabor a lo prohibido, del espaldarazo a la fe, del éxodo de muchos fieles a los campos florecientes entonces del materialismo para comenzar una vida sin compromisos religiosos. La expresión importada “La religión es el opio de los pueblos” se convirtió en un dogma casi oficial. Una época (con la frase incluida) muy parecida a la de hoy en muchos lugares del mundo.