El valor de la autenticidad
Milagros García KlibanskyEl pasado sábado celebramos el primer aniversario de nuestra iglesia. Fue una bella ceremonia donde trabajaron hermanos de todas las edades. Antes de presentar el Ministerio de Ancianos de la iglesia, me disfracé de anciana demente y un hermano hizo el papel de hijo mío, todos rieron y un hermano me dijo: -¡Nunca he visto una vieja mejor lograda!
Al día siguiente, mirando las fotos, me sorprendí de ver que a pesar de que yo quería pasar por una anciana desvalida y demente, mi rostro no autentificaba la vejez que yo quería aparentar, no se veía en él el paso de tantos años, era sólo un disfraz y no bien logrado.