El servicio mutuo como prueba de amor
Carmen Ray-CalvoVemos en nuestro Señor Jesucristo un ejemplo máximo de servicio. El tomó el lugar que le correspondía al esclavo y lavó los pies a sus discípulos. En esos días las personas caminaban varias millas en caminos polvoriento (en sandalias) para llegar a sus lugares de destino. Por esa razón era imprescindible lavarse los pies al llegar a la casa, esta era una función del siervo; he aquí nuestro Señor tomando esta humilde posición para darle una enseñanza a sus discípulos y a nosotros hoy día.
El servicio mutuo habla de amor. Al servir al hermano en necesidad nos identificamos con nuestro Señor quien viendo al hombre en sus dificultades y necesidades es movido a misericordia y tener misericordia no es ver a tu hermano tendido en el suelo y pasar de largo con una expresión de lástima en tu mente o labios, es hacer algo a favor de ese hermano.
Pueda que hoy no tengas que lavarle los pies físicos a un hermano pero hay muchas formas de lavar los pies hoy en el mundo en que vivimos. Ojalá tú y yo podamos decirle al señor ayúdame a entender tu ejemplo de servicio y ponerlo en práctica en nuestro diario vivir.
Cuando sirves a tu hermano estás demostrando tu amor y el amor es la credencial que nos distingue como hijos de Dios.