Conociendo nuestras deformaciones

RESUMEN: Es importante tener conciencia de las fuerzas desconocidas que pugnan dentro de nosotros, provenientes del subconsciente humano. Debemos pedirle al Espíritu Santo la capacidad de discernir nuestras fallas estructurales y mantenerlas bajo control. A veces, tendremos que luchar con nuestras deformaciones internas durante mucho tiempo hasta desterrarlas por completo. En otras ocasiones, Dios permitirá que mantengamos esa lucha interna como un benévolo contrincante para acercarnos a Él, hacernos más humildes y dependientes de su gracia. La lucha interior nos mantendrá humildes y nos protegerá de la soberbia espiritual. Debemos estar dispuestos a aceptar nuestras debilidades y confiar en el poder de Cristo para fortalecernos.

Se requiere una conciencia muy lúcida de las fuerzas desconocidas que continuamente pugnan dentro de nosotros. El subconsciente humano es un mar sin fondo. De él salen muchas de las acciones que afectan nuestra vida, muchas veces sin que nosotros logremos darnos cuenta.

Tenemos que pedirle al Espíritu Santo una capacidad muy profunda e incisiva para discernir esas fallas estructurales, esos “tendones de Aquiles” de nuestro carácter que, como grietas invisibles corriendo a lo largo de un muro, ponen en peligro nuestra estabilidad y permanencia. Todos tenemos esas fallas. En muchos casos no las podremos eliminar enteramente, y sólo lograremos controlarlas y mantenerlas bajo disciplina a lo largo de nuestra vida.